Desde la prohibición del tabaco en lugares públicos, el número de ingresos hospitalarios por crisis de asma en niños menores de 15 años ha disminuido en un 18,2%. En el marco del Día Mundial del Asma que se celebra hoy, los expertos recuerdan la importancia de garantizar un ambiente sin humo del tabaco a toda la población, pero especialmente a los pacientes con asma.
Los pacientes asmáticos que fuman no solo ven reducida su función pulmonar, sino que además presentan un asma más grave, más síntomas nocturnos y síntomas inducidos por el ejercicio. Según afirma el Dr. Santiago Quirce, jefe del Servicio de Alergia del Hospital Universitario La Paz de Madrid, "el hábito de fumar es un factor que influye de forma muy importante en un mayor riesgo de desarrollar asma y en un peor control de la enfermedad". En cambio, los pacientes asmáticos que dejan de fumar, mejoran después de solo un mes de haber dejado el tabaco recibiendo tratamiento farmacológico.
La influencia negativa del tabaco en el control del asma se ha demostrado en el estudio Magic. Dicho estudio revela que el tabaquismo y la obesidad son los factores independientes que más afectan a la falta de control en los pacientes asmáticos. Los fumadores pasivos también pueden aumentadas sus crisis asmáticas por el humo del tabaco que les rodea. Según los expertos, los hijos de padres fumadores que son asmáticos tienen mayor número de crisis asmáticas que los niños que no están expuestos al humo.
Además, los niños que son fumadores pasivos tienen más probabilidades de contraer infecciones de las vías respiratorias y de desarrollar asma, incluso aunque nunca hayan tenido previamente problemas respiratorios.