El sol durante el invierno nos resulta agradable, pero no debemos olvidar que la radiación ultravioleta, aunque con menor intensidad, sigue presente, por ellos es importante saber cómo proteger nuestros ojos. "Se debería interiorizar que, al igual que utilizamos crema con protección solar durante todo el año, los ojos también tienen que protegerse, por ello el uso de gafas de sol no debe limitarse a los meses de verano. Además, así también los protegemos del viento, del frío…", afirma Amparo Carrero, especialista en Oftalmología del Hospital Vithas Nuestra Señora de América.
Durante los meses de más frío es frecuente que se incrementen determinados síntomas oculares, como el lagrimeo excesivo. "Con el frío o el viento es habitual que, aquellas personas que tienen los ojos más sensibles, sufran un lagrimeo reactivo. No es algo patológico, simplemente es una defensa que hace el ojo en ese momento", señala la doctora Carrero. También se puede presentar sequedad excesiva, muchas veces provocada por las calefacciones o el uso de pantallas.
Los cuidados recomendables en ambos casos serían el uso de lágrimas artificiales para lubricar el ojo y el uso de gafas de sol en exterior, especialmente en los días de mucho viento. También existen complejos vitamínicos específicos para ojo seco. "Se trata de ojos muy sensibles y con el clima se resienten más".
Si las molestias son persistentes los pacientes pueden acudir a consulta para que un profesional pueda realizarles una revisión. El Hospital Vithas Nuestra Señora de América pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 12 hospitales y 13 centros especializados denominados Vithas Salud.
Protección ocular en la nieve
En la nieve es necesario prestar especial atención a la protección de nuestros ojos, puesto que el manto blanco refleja la luz y se incrementa notablemente el riesgo de quemaduras.
"Es muy importante el uso de una buena gafa, ya sea de ventisca, para esquiar o practicar snowboard, o unas gafas especiales con un filtro bueno para deporte. Aunque haya nubes es imprescindible ponerse las gafas; de lo contrario pueden producirse patologías, como queratitis solar", señala la doctora Carrero.
De llegar a producirse esta situación, el paciente precisará un tratamiento con antibióticos, antinflamatorios y mucha lubricación, incluso gotas para el dolor.