1. Depura tu dieta
¿Estas saturado por los excesos de estas fiestas? ¿Te parece que tienes la piel gris y los ojos caídos? ¿Te cuesta respirar, estás constipado y no tienes energía?... Estos son los síntomas más comunes cuando los excesos de estas fiestas hacen mella en tu organismo. Una buena desintoxicación de comida y bebida pueden mejorar tu estado de ánimo y vitalidad lo cual merece la pena. Por lo que este sencillo plan de desintoxicación hará que comiences el nuevo año con un vientre plano y unos ojos y piel radiantes.
En primer lugar, redirige tu dieta y deshazte de lo que te intoxica. Tu cuerpo debe trabajar como una máquina bien engrasada que solo necesite el combustible adecuado para mantenerla en las mejores condiciones. Por eso, con el consumo de pasteles, dulces, galletas, chocolate, patatas fritas, alimentos procesados, grasas saturadas, cafeína y alcohol, aumenta la carga sobre el hígado y se vuelve necesario un descanso tras los excesos de Navidad. Basa tus comidas en proteínas de calidad, grasas saludables así como variedad de frutas y verduras. Reemplaza el té oscuro y el café por infusiones de hierbas y otras alternativas al café con cafeína. Por ejemplo, prueba con té verde, poleo o el café de diente de león. Todos ellos son ricos en antioxidantes, cuentan con propiedades antinflamatorias, y ayudan al buen funcionamiento del hígado y el estómago. Además, el jengibre y los tés de menta son especialmente buenos para aliviar síntomas intestinales.
2. Cuida tu hígado
El hígado ejecuta infinidad de tareas imprescindibles para nuestro organismo. Su capacidad para funcionar, reconstruir y repararse así mismo depende de los alimentos que tomamos. Para ejercer sus funciones el hígado necesita una buena fuente de proteínas que proporcione una gama de aminoácidos para sus procesos de desintoxicación. La variedad es clave en la alimentación por eso hay que combinar pescado, nueces, semillas, aves, lentejas, legumbres, soja, huevos y carne magra. Además, la vitamina C también es clave para el funcionamiento del hígado pues acelera su capacidad para desintoxicarse gracias a su propiedad antioxidante que permite neutralizar muchos agentes nocivos así como ayudar al cuerpo a eliminar los metales pesados. Por ejemplo, los que contiene el humo del tabaco. Gracias a este potente antioxidante también se inhiben los efectos dañinos de agentes externos como el aire, pesticidas o monóxido de carbono.
Para obtener una buena dosis de vitamina C y otros antioxidantes esenciales es recomendable incrementar el consumo de frutas y verduras que protejan el hígado. Sin embargo es posible que incluso tomando estos alimentos no obtengas los nutrientes suficientes por lo que es recomendable optar por la suplementación a través de un buen multivitamínico. En este caso recomendamos Altrient C por su fórmula liposomal que, a diferencia de otros suplementos vitamínicos, encapsula y protege a la vitamina C en pequeños liposomas que se transportan directamente en el torrente sanguíneo y en las células permitiendo cerca del 100% de biodisponibilidad. Este método de entrega también evita los problemas digestivos que normalmente se asocian con el consumo elevado de soluciones de vitamina C estándar.
3. Mantén tus tripas en movimiento
Además de seguir una serie de pautas que depuren tu organismo, no olvides los movimientos intestinales de forma regular ya que permiten la eliminación de toxinas en el organismo. Ingerir semillas de lino, con mucha agua, pueden ayudar a desbloquear el intestino. Gracias a que son ricas en fibra, el contacto con la humedad genera una capa gelatinosa llamada mucílago que no solo aumenta el volumen de las heces sino que también contribuyen a calmar cualquier inflamación en el revestimiento del sistema digestivo. Asimismo, las semillas también estimulan la creación de bacterias que actúan como escoba barriendo el colon de cualquier material de desecho. Para fomentar este proceso se recomienda beber, al menos, dos litros de agua filtrada o infusiones al día.
4. Cambia tu estilo de vida
Al eliminar las toxinas del cuerpo, sin duda, mejorará la piel, los niveles de energía, la calidad del sueño y el estado de ánimo, lo que te animará a cambiar tu estilo de vida. Por ello, ha llegado el momento de abandonar la vida sedentaria y empezar a moverse más. Del ejercicio que hagas dependerá la mayor o menor secreción de linfa en tu organismo, líquido que elimina las toxinas y venenos de los tejidos que rodean las células. Además, la práctica de ejercicio no sólo incrementa el ritmo del sistema linfático sino que también aumenta las endorfinas capaces de mejorar nuestro estado de ánimo. Distintos estudios han demostrado que el ejercicio mejora la función hepática y ayuda a reducir el peso y los niveles de estrés.
Aprovecha la energía y motivación del nuevo año para cumplir con propósitos como dejar de fumar, beber alcohol o elaborar una lista con todos aquellos alimentos saludables buenos para el hígado. Reorganiza tu rutina, piensa en cómo puedes encontrar un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal incluyendo tu propio tiempo para relajarte.