Según un estudio realizado por el Instituto Universitario de la Familia, de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, en colaboración con la Fundación para la Diabetes, algunas actitudes negativas de los padres con hijos diabéticos, como la tristeza, los sentimientos negativos o la sobreprotección, pueden afectar de forma negativa en la adaptación a largo plazo del niño diabético a su patología. A partir de este estudio, los expertos afirman que el mejor acompañamiento para el niño con diabetes es el que se hace desde una actitud de cariño mezclada con seguridad.
Transmitir seguridad a los niños diabéticos beneficia el control de la patología
Los padres del niño con diabetes no son testigos indiferentes de la patología de su hijo, sino que responden al diagnóstico de su hijo con emociones concretas, dando un sentido específico a la patología. Por ello, ellos también pueden verse traumatizados por toda esta experiencia. Los padres, en general, no están avisados de que uno de sus hijos puede desarrollar una patología importante, y cuando el diagnóstico se produce, suceden diversas respuestas afectivas y de patrones de comunicación que pueden ponerse en juego en los padres y afectar a los pequeños pacientes.
Con frecuencia, el niño desconoce las enfermedades, la utilidad de los tratamientos, el pronóstico o el curso de sus patologías, etc. Por ello, el niño construye el significado de la diabetes a través de lo que los padres sienten y muestran y de cómo actúan frente a la enfermedad.
La diabetes infantil es la segunda patología crónica más frecuente en la infancia. De hecho, en España unos 30.000 niños menores de 15 años tienen diabetes y cada año se producen unos 1.100 casos nuevos. El diagnóstico de la diabetes supone una gran conmoción y crisis tanto para el niño como para familiares.