El subdirector de Estudios y Programas de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Miguel Ángel Rodríguez, alertó de la estrecha relación existente entre ocio y consumo de alcohol y drogas en los jóvenes, en la conferencia "La reducción de los riesgos y daños", enmarcada dentro de los cursos de verano de la UPO de 2010.
Rodríguez explicó que este consumo tiene mucho que ver con el ocio, la diversión y una parte muy importante de su vida, que es la que no ven como trabajo. "Esa relación con el ocio tiene que ver con esa manera de entender el consumo de drogas, como algo muy vinculado a divertirse, como si el consumo de alcohol fuera necesario para pasarlo bien e integrarse con los demás. Consumen en función de lo que los amigos esperan que consuman", explica. El dato que ofreció es bastante impactante: "Dos de cada tres jóvenes se emborrachan los fines de semana, tomando grandes cantidades de alcohol".
Para abordar este problema, el profesor apuesta por trabajar la prevención educativa, fortalecer el espíritu crítico de los jóvenes, trabajar los valores prosociales y animarles a realizar otras actividades que les motiven, es decir, intentar conseguir que las drogas tengan un menor espacio en sus vidas.
Aunque en la mayoría de los casos esta actitud es pasajera, Rodríguez aclara que un pequeño porcentaje de los jóvenes se convierte en adicto o puede desarrollar una intoxicación aguda. Esta situación, normalmente, deriva en escaso o mal rendimiento escolar, laboral, malas relaciones en el trabajo, insatisfacción en la vida, pérdida de oportunidades, etcétera. Sin embargo, puntualizó que no se puede meter a todos los jóvenes en este mismo saco, porque no todos tienen el mismo comportamiento.