El Día Mundial de la Salud, que se celebra el viernes, está dedicado este año a la depresión

Dos de cada tres pacientes con depresión mayor no siguen correctamente el tratamiento prescrito por su médico

Alrededor de 2,4 millones de personas están diagnosticadas en España de depresión mayor, enfermedad que este año centra la celebración del Día Mundial de la Salud. Con motivo de esta efeméride, que tiene lugar pasado mañana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que la depresión es una enfermedad frecuente, que constituye la primera causa mundial de discapacidad y puede convertirse en un problema de salud serio, hasta el punto de que, en los casos más graves, puede llevar al suicidio.

Aunque, según destaca la propia organización internacional, existen tratamientos eficaces contra la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos tratamientos debido, entre otras causas, a la falta de recursos y de personal sanitario capacitado, además de a la estigmatización de los trastornos mentales y las inexactitudes en el diagnóstico.

Junto a esto, en los países con un sólido sistema sanitario existe un problema que dificulta el abordaje de esta patología: la falta de adherencia a los tratamientos farmacológicos prescritos. En el caso de España, el 72% de los pacientes diagnosticados y en tratamiento no sigue adecuadamente la prescripción indicada por su médico. Esto se traduce en una mayor tasa de recaídas, con las consiguientes consecuencias en calidad de vida para el paciente, sanitarias –demanda sanitaria y de atención urgente e ingresos hospitalarios-, familiares y sociales. Esta situación da lugar a un importante gasto sanitario directo, evitable si se mejora la adherencia de estos pacientes a los tratamientos prescritos por su médico, según datos del Plan de Adherencia al Tratamiento (Uso responsable del medicamento), documento realizado por distintas sociedades científicas médicas, farmacéuticas y de enfermería y organizaciones de pacientes e impulsado por Farmaindustria.

En concreto, la depresión mayor es, dentro del grupo de patologías estudiadas, la que presenta la tasa de adherencia más baja, con un 28%, seguida de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (41%), la hipertensión (52%) y la diabetes (56%). Patologías como el cáncer y la infección por VIH presentan mayores tasas de cumplimiento terapéutico, con un 70% y un 80% respectivamente.

Menos recaídas y rebaja del gasto sanitario

El Plan de Adherencia al Tratamiento incluye también un estudio económico, realizado con la colaboración del CRES (Universidad Pompeu Fabra), que permite estimar los beneficios que tendría la mejora de las tasas de adherencia para el paciente, al evitar recaídas, y para el sistema, al reducir el gasto sanitario. Así, elevar un punto porcentual la tasa de adherencia a los tratamientos se traduciría de forma inmediata en 2.572 recaídas menos. Por tanto, aumentar en diez puntos esta tasa, pasando de una adherencia del 28% al 38%, permitiría evitar 25.700 recaídas. Si la totalidad de los pacientes siguieran el tratamiento, el gasto sanitario directo evitable ascendería a un importe cercano a los 100 millones de euros.

En consecuencia, y según los autores del Plan, resulta evidente que "el desarrollo de intervenciones encaminadas a favorecer el cumplimiento de los pacientes con depresión mayor resultaría en una mejora importante, tanto en términos de gestión de la enfermedad como en gastos evitados y, por lo tanto, sobre la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud". Tal y como se señala en el Plan, para mejorar las tasas de adherencia es imprescindible la implicación de todos los profesionales sanitarios (médicos, profesionales de enfermería, farmacéuticos y psicólogos clínicos, entre otros) en una actuación integral y coordinada, en la que las asociaciones de pacientes y familiares están llamadas a desarrollar un papel fundamental.

En esta misma línea hay que tener en cuenta también que, tal como indica un estudio dirigido por la OMS y publicado en abril de 2016 por The Lancet Psychiatry, cada dólar invertido en el mundo en la ampliación del tratamiento de la depresión y la ansiedad genera cuatro dólares en mejora de la salud y la capacidad de trabajo de los pacientes, lo que supone que la inversión destinada a mejorar el tratamiento de esta enfermedad tiene un rendimiento del 400%.

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