El 40% de los casos de infertilidad masculina se produce por causas desconocidas

Un control periódico de la salud reproductiva del hombre permitiría detectar alteraciones que de no tratarse a tiempo se convertirían en irreversibles
Entre un 30% y un 50% de los hombres en edad fértil tiene un semen de una calidad inferior a los parámetros estándares marcados por la Organización Mundial de la Salud

"Actualmente el 15% de los hombres son infértiles. Entre ellos, el 40% de los casos se debe a causas desconocidas; un 15% son por algún trastorno genético vinculado a un problema de fertilidad; y un 30% son pacientes con seminogramas alterados sin causa genética", según el Dr. Moisés de la Casa, responsable del laboratorio de andrología de la Clínica Ginefiv. Factores ambientales y de estilo de vida están ocasionando que aumenten los casos de fallos reproductivos por causa masculina y la detección temprana es el factor más importante para evitarlo. Por este motivo y coincidiendo con el Día del Padre, la Clínica Ginefiv ofrece del 16 al 31 de marzo consejos y recomendaciones prácticas sobre cómo mantener una buena salud reproductiva para todos los hombres que deseen conocer si tienen una calidad seminal óptima.

"Con un control periódico de la salud reproductiva del hombre se podría evitar algunos de los casos que nos encontramos en las clínicas de reproducción asistida, ya que ciertas alteraciones pueden volverse irreversibles si no se tratan a tiempo", añade el Dr. De la Casa. Por lo que mantener un control del estado fértil del varón es tan importante como hacerlo en la mujer. Y es que entre un 30% y un 50% de los hombres en edad fértil tiene un semen de una calidad inferior a los parámetros estándares marcados por la Organización Mundial de la Salud y el 75% de los pacientes que acuden a la clínica presentan alguna alteración en el seminograma.

Diez consejos para mantener una calidad seminal óptima

  • No fumar: Desde hace tiempo se ha demostrado en numerosos estudios el efecto nocivo del tabaco, que afecta a casi todos los aspectos de nuestra salud, incluyendo la reproductiva. La nicotina puede producir roturas o fragmentaciones del ADN que contienen los espermatozoides, condicionando así la integridad del material genético.
  • No excederse con el alcohol: La cantidad de alcohol consumido afecta a la calidad y cantidad del esperma, puesto que influye en la producción de testosterona, responsable de la creación de espermatozoides. Con un consumo de alcohol elevado -más de 4 copas en un día- también se reduce la globulina fijadora de hormonas sexuales -en inglés SHBG-, la proteína encargada de regular determinadas hormonas como la testosterona.
  • Evitar largos baños de agua caliente: Un estudio de 2007 de un grupo de urólogos de la Universidad de California reveló que una larga exposición de los testículos al agua caliente podía influir negativamente en la producción y movilidad de los espermatozoides. Determinaron que a partir de 30 minutos semanales de baños o jacuzzis se comienza a percibir esta alteración, pero también descubrieron que es un daño reversible si se cambia el hábito.
  • Ciclismo sí, pero moderado: indudablemente el deporte resulta muy beneficioso para la salud, pero la práctica excesiva de algunas modalidades puede llegar a ser perjudicial. Esto ocurre con el ciclismo para el caso de la fertilidad masculina, ya que largas horas sentado encima del sillín provocan una presión en los testículos que hacen aumentar su temperatura y con ello reducir la cantidad y calidad de los espermatozoides. Un estudio de la Universidad de Harvard desveló que una gran cantidad de tiempo dedicado a este deporte puede llegar a reducir hasta un 34% la fertilidad masculina.
  • Cuidado con la ropa ajustada: al igual que ocurre con los sillines de bici, la presión de la ropa interior y exterior muy pegada a la piel, especialmente en la zona testicular, aumenta su temperatura deteriorando así los espermatozoides y limitando su producción.
  • No llevar el móvil en el bolsillo: las ondas electromagnéticas emitidas por un teléfono móvil o portátil que se usa habitualmente sobre nuestras piernas o se guarda cerca de los genitales masculinos reduce hasta un 8% la movilidad y la cantidad de espermatozoides vivos, según los últimos estudios.
  • Cuidar la alimentación: Mantener un peso saludable ayudaría a producir una cantidad adecuada de espermatozoides, ya que se ha demostrado que un hombre obeso, es decir con más de 25 puntos en su Índice de Masa Corporal, produce 9 millones de espermatozoides por mililitro menos que un hombre con un IMC por debajo de esa cifra.
  • Evitar la exposición a agentes contaminantes: la contaminación ambiental afecta gravemente a la salud, incluyendo la salud sexual. Algunos componentes químicos como el plomo, el dióxido de nitrógeno o el etanol, presentes en multitud de productos de limpieza y conservación de alimentos, se transportan por el aire llegando hasta nosotros por las vías respiratorias y por la piel. Este tipo de agentes producen reprogramación celular que puede alterar gravemente los espermatozoides y afectar incluso a la mujer y al feto.  
  • Dormir bien: la falta de sueño altera los niveles de testosterona, afectando a la cantidad de espermatozoides y a su tasa de supervivencia. Un estudio de la Universidad de Boston reflejó una probabilidad de hasta un 42% menos de concebir durante un mes respecto a hombres que duermen las horas recomendadas.
  • Controlar el estrés: el estado emocional y psicológico afecta a nuestra salud tanto positiva como negativamente dependiendo del caso, es por ello que el estrés puede agravar el estado de salud de un paciente a distintos niveles. En el caso de la fertilidad, el estrés influye tanto en el hombre como en la mujer alterando la estructura de las células. Concretamente en el caso del hombre, el estrés oxidativo produce un desequilibrio entre la producción de oxígeno celular en el semen y su degradación por los sistemas antioxidantes. Este desequilibrio condiciona la calidad de los espermatozoides y la posibilidad de fecundar.

Noticias relacionadas

> Ver todas
Fluido espeso y blanquecino del aparato genital masculino que contiene los espermatozoides o células sexuales masculinas. Este fluido también se llama esperma.

Ver

Gameto masculino destinado a la fecundación del óvulo.

Ver

Hormonas sexuales masculinas que estimulan el crecimiento de los órganos sexuales y determinan los caracteres sexuales secundarios.

Ver

Son los órganos de reproducción masculina. En ellos se producen las células reproductoras (espermatozoides) y la secreción de hormonas, como los andrógenos. Se encuentran fuera de la cavidad abdominal en el interior de una bolsa de piel llamada escroto, ya que la elevada temperatura corporal altera la correcta formación y maduración de los espermatozoides.

Ver

Nombre que adquiere el embrión a partir del tercer mes de la concepción y hasta el nacimiento de un nuevo ser humano.

Ver