El 70% de los problemas de salud mental en adultos se originan durante la infancia. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental y con el objetivo de reducir el estigma en torno a los problemas de salud mental en jóvenes, el director clínico de RECURRA-GINSO, Javier Urra, ha querido compartir sus perspectivas sobre la situación de la salud mental infanto-juvenil en España, los desafíos que enfrenta y los enfoques innovadores que se están implementando en prevención y tratamiento.
Según estudios recientes, las patologías mentales más comunes en niños son la ansiedad, la depresión, la soledad, el estrés y el miedo. Estos trastornos mentales han experimentado un crecimiento en los últimos tres años debido a la pandemia, ya que aproximadamente el 16% de los menores españoles dicen notar que su salud mental ha empeorado desde el confinamiento. "La sociedad ha experimentado cambios significativos en la última década. La incertidumbre y el confinamiento han repercutido directamente sobre la salud mental de los más pequeños. Los miedos, el sentimiento de desapego, la inseguridad del vínculo, el estrés, la ansiedad o la depresión son algunas de las patologías que han aumentado entre nuestros jóvenes", explica el doctor Urra.
A estos trastornos se suma el aumento de casos de bullying y ciberbullying entre menores: más del 15% de los jóvenes en España han sido acosados en el colegio y el 80% de la población joven en la Unión Europea reconoce haber sido víctima de ciberbullying, siendo más frecuente en niñas. "En la actualidad, el acoso escolar es la principal causa de suicidio entre los jóvenes. Esto puede deberse a que los adolescentes son seres muy sociales y dependen del juicio de sus compañeros, por eso, cuando se sienten ridiculizados no son capaces de afrontarlo y comunicarlo, llevándoles a un sufrimiento extremo que puede conducir a ideas suicidas", reflexiona el experto.
Además del acoso escolar, existen otros factores de riesgo que afectan a la salud mental de los jóvenes como la falta de amor y seguridad, la existencia de trastornos mentales en el entorno familiar y el consumo de sustancias estupefacientes como el alcohol, el cannabis u otras drogas. Para prevenir posibles problemas de salud mental en menores es necesario contar con redes de protección que incluyan la familia, los amigos y la escuela, y establecer actividades de ocio que instauren una rutina. Además, la figura del psicólogo clínico infanto-juvenil en los colegios se vuelve esencial para abordar desequilibrios y conductas preocupantes desde el principio.
Para identificar posibles trastornos mentales en los menores es importante detectar algunas señales de advertencia como: cambios repentinos en el comportamiento o en el humor, aislamiento social, tristeza continuada o reacciones desmesuradas. Estas conductas sugieren que el niño enfrenta desafíos en sus relaciones familiares o consigo mismo, y es importante escucharlo para comprender lo que está sucediendo y tomar medidas anticipadas.
La prevención debe nacer en el entorno del niño (familia, amigos y escuela) y en las circunstancias que le rodean (medios de comunicación, redes sociales, etc), sólo de esta forma se favorecerá la salud mental en la adultez y se reducirá el estigma en torno a ella. "Tenemos que educar a nuestros jóvenes y enseñarles que la salud mental es igual de importante que la salud general, fomentando la visita al psicólogo igual que lo hacemos con los médicos de cabecera y especialistas", añade Urra.