A pesar de ser la misma enfermedad en niños que en adultos, el tipo de tumores que se desarrollan en unos pacientes y en otros es muy diferente. "En los menores, el problema surge en los tejidos que se están desarrollando y que sufren alteraciones genéticas específicas, mientras que en los adultos, muchas veces, los tumores están condicionados por las agresiones sufridas por el medio externo", asegura el doctor Jordi Giralt, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Vall de Hebron.
En torno al 75 % de los niños diagnosticados de cáncer sobreviven
Los efectos secundarios y las secuelas asociadas a la radioterapia son mayores en niños ya que existe riesgo de lesionar partes sanas que están en desarrollo, pero "a pesar de los efectos que pueda causar, es un tratamiento imprescindible y sumamente eficaz", comenta el doctor Giralt. Para evitar en gran medida las alteraciones que el tratamiento radioterápico puede comportar en el crecimiento, los expertos adaptan el tratamiento de manera adecuada reduciendo la dosis y el volumen irradiado todo lo posible.
El tratamiento del cáncer requiere una atención multidisciplinar, algo que es especialmente importante en oncología infantil. "Los niños con cáncer deben ser tratados por equipos expertos compuestos de distintos profesionales" explica el doctor Giralt, "así es cómo se pueden conseguir los mejores resultados de curación con los menores efectos secundarios".
El tumor hematólogico y los cánceres del sistema nervioso central son los más habituales en niños. Otros tipos de tumores frecuentes en los menores son los del sistema nervioso simpático, los sarcomas óseos y de tejidos blandos y el retinoblastoma (un cáncer de retina hereditario en el 25 % de los casos y que se diagnostica en los primeros meses de vida).