El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que provocan un daño progresivo e irreversible en el nervio óptico y se caracteriza por la pérdida de visión periférica, haciendo que veamos como si estuviésemos dentro de un túnel. Precisamente en ese momento es cuando las personas deciden acudir al médico y reciben el diagnóstico de padecer algún tipo de glaucoma. Para la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), en esta etapa de la enfermedad ya es demasiado tarde y es por eso que consideran muy preocupante que el 76% de los pacientes con esta patología oftalmológica afirme haber perdido mucha visión como consecuencia de padecer glaucoma. Con motivo de la Semana del Glaucoma que se celebra del 12 al 19 de marzo, AGAF quiere destacar la importancia de un diagnóstico precoz que se lograría si las personas se realizasen una revisión ocular de forma periódica, sobre todo, a partir de los 45 años que es cuando esta "ceguera silenciosa" presenta su mayor incidencia.
"El glaucoma cuanto antes se empiece a tratar, mejor, porque con los tratamientos no se recupera la visión que ya se ha perdido, pero sí se frena su avance y se evita la ceguera total en la mayor parte de los casos", destaca Joaquín Carratalá, presidente de AGAF.
Sin embargo, los datos que se manejan de esta enfermedad ocular no son nada halagüeños y se calcula que, sólo en España, más de un millón de personas padecen glaucoma, sobre todo, el de ángulo abierto. Por otro lado, como al principio la enfermedad tiene un estadio asintomático, más de la mitad de los afectados no saben que la padecen, pero su nervio óptico se va degenerando poco a poco robándoles visión.
"La detección precoz en el glaucoma es muy importante para frenar el avance irreversible de la enfermedad", destaca el profesor y doctor Miguel Ángel Teus.
Por este motivo, la asociación ha realizado una encuesta a nivel nacional entre pacientes que padecen esta enfermedad con la colaboración del laboratorio farmacéutico AbbVie. En ella se refleja el impacto que tiene esta patología ocular no sólo en el ámbito físico sino también en el psicológico de las personas: un deterioro en la vida cotidiana y en el día a día del 97% de los pacientes que participaron en esta iniciativa.
El glaucoma a día de hoy no tiene cura, pero existen colirios y medicamentos destinados a frenar esa tendencia hacia la ceguera total. Sin embargo, la adherencia al tratamiento suele ser bastante baja y es por ello que a día de hoy sigue siendo una de las principales causas de ceguera evitable en el mundo.
El paciente decide no seguir las indicaciones del médico porque, según se destaca en esta encuesta, un 38% afirma tener dificultades para administrarse los tratamientos, bien porque se trata de personas mayores que necesitan ayuda para que les echen sus colirios o por la disciplina y constancia que requieren tanto en horarios como en posología. Desde AGAF mantienen que es fundamental seguir en todo momento de una forma correcta y exacta las prescripciones de los profesionales de la salud para frenar el avance de la enfermedad.
Los oftalmólogos son los encargados de diagnosticar y también de fijar las pautas y el tratamiento que requiere cada paciente de forma personalizada. Al tratarse de una patología crónica, la comunicación médico-paciente es fundamental para mejorar la calidad de vida de los afectados y, por supuesto, esta debe ser bidireccional para que puedan obtenerse los mejores resultados. Sin embargo, para aproximadamente el 47% de los encuestados, la comunicación con el profesional de la salud no siempre es la deseada, bien por falta de tiempo o porque el paciente no sabe muy bien qué preguntar, quizá por desconocimiento que se tiene en general de la enfermedad. El glaucoma sigue siendo aún una enfermedad muy desconocida para la sociedad.