Los avances en la biopsia líquida y su incorporación a la rutina asistencial han abierto nuevas expectativas en la utilidad clínica de los marcadores y tienen implicaciones en el trabajo de los profesionales del laboratorio clínico. Todas estas novedades tendrán cabida en el marco del XV Curso Teórico-práctico sobre la Utilidad Clínica de los Marcadores Tumorales, que se celebra en Barcelona con el auspicio de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML).
El principal objetivo de esta formación acreditada –3,2 créditos– es presentar y discutir los protocolos empleados en el Hospital Clínic de Barcelona para utilizar los marcadores tumorales en su actividad clínica. Según explica el Dr. Rafael Molina, jefe de la Unidad de Oncobiología del Servicio de Bioquímica y Genética Molecular del Hospital Clínic de Barcelona, y responsable del curso, la principal utilidad de los marcadores tumorales actualmente se centra en el seguimiento y en la evaluación del tratamiento de los pacientes oncológicos. No obstante, merced a los últimos avances que se están produciendo, los biomarcadores cada vez cobran más importancia en el diagnóstico y pronóstico, y, al mismo tiempo, los profesionales del laboratorio clínico tienen más relevancia en el tratamiento del cáncer y una mayor participación en los comités de tumores, para lo cual es importante su actualización profesional.
Para el Dr. Molina, los principales avances en el uso de biomarcadores se centran en dos aspectos: nuevas herramientas metodológicas y nuevas aplicaciones de las metodologías ya existentes. Hay usos de los biomarcadores que ya están consolidados, como el diagnóstico precoz del cáncer de próstata, pero a estos se ha sumado la detección de marcadores genéticos en plasma, como el factor de crecimiento epidérmico (EGFR), entre otros. Durante el curso se presta atención a las mejoras que se han producido en los últimos años con los marcadores tumorales en neoplasias de pulmón y de ovario. En el caso de las segundas, la incorporación del biomarcador HE4 ha permitido, en combinación con la imagen y el CA 125, mejorar la sensibilidad diagnóstica y los resultados. "La elevada sensibilidad obtenida mediante este biomarcador permite pensar incluso en el diagnóstico precoz en grupos de alto riesgo (mutación BRCA 1 y 2)", apunta el coordinador del curso.
"El curso aporta información teórica de cómo interpretar los resultados de los marcadores tumorales, describiendo su utilidad en el diagnóstico, pronóstico, respuesta al tratamiento y como indicadores de diagnóstico precoz de recidiva", indica el Dr. Molina, quien añade que durante el curso se expondrán casos clínicos reales, "para ayudar a poner en práctica y a sedimentar los conocimientos adquiridos".
Big data y biomarcadores
Durante el curso también se abordan la importancia de los algoritmos diagnósticos para que las Unidades de Marcadores Tumorales puedan aprovechar plenamente las posibilidades que ofrece, algo para lo que el uso del llamado big data sanitario abre interesantes perspectivas. "El futuro pasa por la integración de datos provenientes de distintas fuentes (datos clínicos, demográficos, epidemiológicos, pruebas de imagen), todos ellos combinados con los datos de laboratorio, pues aportarán una información mucho más precisa, avanzando hacia un enfoque global personalizado", señala el Dr. Molina, quien recuerda que durante el curso se presentan los datos de una empresa spin-off del Hospital Clinic, que utilizando toda esta información permite la utilización de los marcadores de manera más precisa y eficiente.
En opinión del Dr. Molina, la participación en este curso permite a los participantes un aprendizaje práctico de los marcadores tumorales que redundará en un aumento de eficiencia y eficacia, evitando los falsos positivos de interpretación. Este tipo de actividades fomentan "la participación en los comités del hospital, la valoración de los resultados e incrementan el sentimiento de profesionalidad de nuestra especialidad", concluye.