El cáncer constituye la segunda causa de mortalidad infantil en España entre los niños de uno y 16 años tras los accidentes. La mayoría de estos enfermos de cáncer infantil residen en países desarrollados y tres de cada cuatro sobreviven, por lo menos, cinco años tras el diagnóstico, mientras que, en los países en vías de desarrollo, la supervivencia es mucho menor y fallecen la mitad de los niños afectados.
La leucemia es el tipo de cáncer más frecuente en los niños. Se trata de la malignización de los glóbulos blancos de la sangre que proliferan de forma desmedida. Seguidamente, los linfomas o cáncer de los ganglios linfático es el tumor que se sitúa en segundo lugar. Los tumores cerebrales y los cánceres de huesos ocupan los siguientes puestos en frecuencia.
El tratamiento proporciona de un 70% a un 80% de posibilidades de curación del cáncer y va a depender del tipo, su extensión y su etapa actual, además de tener en cuenta la edad del niño.
Pero también es importante para el tratamiento el acompañamiento del niño enfermo, explicándole lo que sucede según su capacidad de comprensión y ayudándole a sobrellevar el miedo. Los niños deben conocer su enfermedad y participar de forma activa en su recuperación. Por otra parte, la respuesta de los niños ante la enfermedad es bastante positiva, no así la de los padres que se encuentran abrumados y necesitan de una gran cantidad de apoyo.