Se debe hidratar cuidadosamente los pies, prestando especial atención a la zona de los talones. Han estado diez meses alejados del sol, situación que los hace especialmente vulnerables
Al contrario del pensamiento generalizado, los pies no se secan solos. Se deben secar cuidadosamente, ya que el exceso de humedad debilita la piel haciéndola más vulnerable a rozaduras, infecciones u hongos
El mejor calzado para el verano es aquel que sujeta el tobillo y está bien ventilado. Se deben evitar sandalias y chancletas con suelas demasiado finas, sin sujeción, etc
Con la llegada del verano los pies se resienten. Los rayos de sol y las altas temperaturas invitan a descubrir una parte de nuestro cuerpo que ha estado oculta durante diez largos meses: los pies. Acostumbrados a llevar calcetines y calzado cerrado durante tanto tiempo experimentan un cambio drástico. Ante esta situación, los expertos recuerdan que los pies son una de las extremidades que más sufren en los días de playa y recomiendan prestar especial cuidado en los meses de verano.
En este caluroso contexto, el Colegio Oficial de Podólogos de Euskadi quiere lanzar una serie de consejos sencillos y prácticos para cuidar los pies durante esta época:
- Es muy importante hidratar adecuadamente los pies. Los pies quedan expuestos al sol por primera vez en unos diez meses. Situación que los hace especialmente vulnerables a las quemaduras. Además, se debe prestar especial atención al dorso del pie, ya que es una zona que suele dejarse desprotegida y puede precisar protección mediante cremas protectoras solares para evitar quemaduras en la piel.
- Se deben secar cuidadosamente los pies para evitar el exceso de humedad. Tras un baño se tiende a pensar que los pies se secarán solos y no es así. El exceso de humedad debilita la piel y esto la hace más sensible a posibles infecciones, hongos y grietas en el espacio interdigital.
- Usar calzado con sujeción en el tobillo y bien ventilado. El mejor calzado para esta estación serían chanclas y sandalias sujetas al pie. Gran parte del calzado usado en esta época estival no reúne las características adecuadas para los pies; falta de sujeción, suelas demasiado finas, etc.
- No dejar de usar calcetines de manera brusca. Al abandonar los calcetines, el pie queda más expuesto a rozaduras y ampollas, ya que el calcetín de algodón absorbe la humedad del pie generada por la transpiración y evita la maceración del mismo.
- Evitar en lo posible caminar descalzo en piscinas y baños públicos. Estos espacios son lugares de contagio potenciales, por lo que se recomienda el empleo de chancletas de agua o calzados similares.
- Aplicar productos antitranspirantes. Con el calor aumenta la sudoración corporal y especialmente en los pies. Esta situación puede prevenirse usando productos antitranspirantes. Un podólogo puede aconsejar cual es el idóneo para las diferentes características.
- Cortar las uñas siempre rectas. A la hora de cortarse las uñas lo más recomendado es cortarlas en recto, evitando redondear las esquinas ya que así se previene, en lo posible, que se claven o causen dolor.
- No actuar sobre la piel con objetos punzantes o cortantes. Esta situación es especialmente delicada en el caso de los pacientes diabéticos o con problemas severos de circulación sanguínea en las extremidades inferiores, que deben evitar a toda costa la aparición de heridas en los pies.
- Evitar suela plana y optar por tacones. Los zapatos bajos carecen de elementos que permitan la amortiguación de los golpes que se producen al caminar, de manera que el pie recibe impactos continuamente. Por ello, lo recomendado es usar calzado con un tacón de 2 a 3 centímetros como máximo, ya que de esta forma se reducirán los impactos y se mejora la posición del pie y del cuerpo tanto al andar como al permanecer de pie.
- Cuidar el pie todo el año. El pie precisa cuidados durante todo el año y no solo cuando hay que enseñarlos. Los pies requieren de una, dos o varias revisiones con un especialista. Más si existe algún tipo de patología.