La Dra. Viviana Loria, experta en Nutrición y Dietética, ha revisado, en el último informe científico del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), el papel del agua mineral natural para el cuidado de la salud y para la prevención y el tratamiento de las enfermedades más frecuentes en las mujeres.
El agua juega un papel fundamental en determinados momentos clave para la mujer. Por ejemplo, en el embarazo favorece el adecuado desarrollo del bebé y durante la lactancia ayuda a preservar la cantidad y calidad de la leche materna.
Por otro lado, el consumo apropiado de agua durante la menopausia, además de reducir los efectos del envejecimiento en la piel y los huesos, podría tener importancia en el control del peso corporal.
La piel de la mujer está expuesta constantemente al estrés oxidativo, tanto endógeno como exógeno. Por esta razón, prestar especial atención a su nutrición y al mantenimiento de una correcta hidratación es fundamental para el mantenimiento de una piel sana.
El consumo de aguas minerales aporta nutrientes como el flúor, el calcio, el fósforo y el magnesio, que desempeñan un papel fundamental en la prevención de la osteoporosis, una patología frecuente en la mujer.
Además, según explica la experta, el consumo de agua mineral natural puede contribuir a controlar diferentes patologías que suelen afectar a la mujer. Por ejemplo, en los casos de hipertensión arterial, el consumo de aguas bajas en sodio, al tener menor efecto sobre la presión arterial, favorece la reducción de este nutriente en la dieta.
Por otro lado, las aguas ricas en calcio, magnesio y sulfatos son recomendables para la prevención de los problemas cardiovasculares, puesto que estos minerales actúan sobre el metabolismo de las lipoproteínas, reduciendo el riesgo de coagulación sanguínea y de enfermedad cardiaca. Las aguas bicarbonatadas son las más adecuadas en casos de diabetes, por producir una menor respuesta glucémica.