"Muchos de los kilos que se cogen en las fiestas de Navidad nos acompañan durante varios meses hasta que logramos volver a bajar de peso. En algunas personas, incluso, se quedan hasta las siguientes fiestas. Por eso, después de estas fechas, lo que más nos solemos encontrar en las consultas de endocrinología son personas que desean ponerse a dieta por un especialista para perder peso", expone la doctora Leire Isasa, especialista en endocrinología del Centro Médico IMQ Colón, de Bilbao.
Y es que en Euskadi, como en otras regiones del Estado, la obesidad y el sobrepeso "son un problema que no para de crecer". De hecho, en el País Vasco tenemos un índice de sobrepeso del 34%, mientras que el índice de personas con obesidad ya llega al 17%, según datos de un estudio de la Sociedad Española de Cardiología" (Estudio Nutricional de la Población Española). Y tal y como apunta, el futuro no es nada halagüeño: "la tasa de obesidad infantil en Euskadi ha ascendido en los últimos años hasta el 11%, siendo un porcentaje mucho mayor el de los niños y niñas que ya presentan sobrepeso y que, de seguir así, presentarán un riesgo mucho más elevado de presentar enfermedades del corazón, diabetes, etcétera".
La experta aboga para padres e hijos por la moderación: "aunque la Navidad es un periodo que en total dura unas tres semanas, realmente existen unas cinco o seis ocasiones en las que, tradicionalmente, se tiende a comer y beber más, como son Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y la comida de Reyes, con el roscón incluido".
Para la Dra. Isasa, en estas tres semanas "se ha de intentar comer y beber lo más sano posible, procurando que los excesos en la comida y en la bebida, si los hubiere, queden restringidos únicamente a estas celebraciones tradicionales".
"En esto de cuidarse y no excederse", continúa la endocrinóloga, "importan tanto la calidad como la cantidad. Es decir, tan importante es no consumir excesivamente productos altamente calóricos, como intentar reducirlos al menos a los días señalados y consumirlos de forma muy moderada".
La doctora Isasa llama la atención, asimismo, con respecto a los productos ricos en calorías vacías: "son alimentos con un aporte calórico muy relevante, pero cuyo contenido nutricional es nulo o casi nulo. Un ejemplo de estos productos lo tenemos en la mayor parte de las bebidas de alta graduación alcohólica y en los refrescos ricos en azúcares simples".
Otro de los aspectos claves para "salir airoso" de estas fechas con "tantas comidas y en la que se bebe tanto" es el mantenimiento de una actividad física adecuada. "Se ha de procurar que el ejercicio forme parte de nuestros hábitos diarios. En Navidad, aprovechando que en la mayor parte de los casos se dispone de más tiempo, se puede aumentar ligeramente esa tasa de actividad física y, así, tratar de compensar, eventualmente, una mayor ingesta calórica", explica la especialista de IMQ.
Perder peso
Durante las comidas y cenas de Navidad se dan en ocasiones indigestiones, atragantamientos y, en los casos más graves, reacciones alérgicas. Muchas de ellas son atendidas sin mayores consecuencias en los servicios de Urgencias. No obstante, en las consultas de Endocrinología, las peticiones de citas se disparan al acabar la Navidad. "Lo más frecuente es que acudan personas, de todas las edades y de ambos sexos, con el deseo de iniciar una dieta para perder peso".
En estos casos, explica la experta, si no se ha ganado mucho peso durante la Navidad, "recomendamos la vuelta a una nutrición saludable y moderada, si es que es lo habitual para esa persona durante todo el año. Si no tiene algún problema que lo desaconseje, las dietas para deshacerse de los kilos ganados en las fiestas se basan en verduras, frutas, carnes magras (bajas en grasa) y pescados".
Si el problema es mayor "es más difícil perder el peso ganado en poco tiempo y el seguimiento del tratamiento debe ser más exhaustivo; siempre, incorporando el ejercicio físico como un hábito normal del paciente. Hay veces en las que se requiere ayuda de un profesional que nos ayude en la pérdida de peso", indica la Dra. Isasa.
Contar calorías navideñas
La experta recuerda que, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, el roscón navideño es el postre más calórico, con 250 calorías por cada porción. Le siguen los turrones (un trozo del tamaño de un dedo equivale a unas 200 calorías), los frutos secos (cinco nueces son 160 calorías), el polvorón (120 calorías por cada uno) y el mazapán (unos 15 gramos tienen 80 calorías). Dos rodajas de piña suponen sólo 50 calorías.
La endocrinóloga aboga por entrantes vegetales y poco calóricos, salsas caseras con menos azúcar y grasas que las comerciales, tener en cuenta a la fruta, y apostar por el pescado como alternativa a las carnes muy calóricas y a los embutidos. De hecho, una lubina puede tener la mitad de calorías que, por ejemplo, un pavo relleno (250 g aportan más de 500 calorías). Diez gambas a la plancha aportan 200 calorías; cien gramos de langostinos con mayonesa suponen otras 200 calorías y tres canapés de paté tienen 150 calorías.
En cuanto a las bebidas, una copa de vino blanco (80 g), tiene 50 calorías. Una de vino tinto, 56. Una copa de cava cuenta con 70 calorías. A partir de ahí, una copa de whisky con cola son 150 calorías, mientras que una copa de pacharán aporta 240 calorías al organismo.