El dolor abdominal prolongado sin causa aparente y la pérdida de peso inexplicada pueden alertar de la presencia de un tumor digestivo. Así lo explica el Dr. José Ignacio Martín Valadés, responsable de la Unidad Multidisciplinar de Tumores Digestivos y Oncología Peritoneal. Además de estos síntomas comunes entre los diferentes tumores digestivos, como es la molestia abdominal, pueden aparecer otros relacionados con el tipo de tumor y su localización, como la dificultad para tragar en el cáncer de esófago o una coloración amarillenta en la piel en el cáncer de páncreas y vías biliares. Síntomas muy variados ante los que hay que estar atentos y que se deben estudiar de forma individualizada. Su importancia reside en que los tumores digestivos han alcanzado una amplia incidencia en España. El cáncer colorrectal es el tumor más frecuentemente diagnosticado, con una previsión de 43.370 nuevos casos en 2022.
Le siguen los tumores de páncreas, estómago e hígado. Estos últimos, a pesar de ser menos frecuentes y más desconocidos, también han experimentado un crecimiento en su incidencia en los últimos años. Concretamente, el cáncer de páncreas constituyó la tercera causa de muerte por cáncer en España en el año 2020.
Además de conocer los signos de alerta, el Dr. Martín Valadés incide en la importancia de entender los factores de riesgo que pueden fomentar el desarrollo de un tumor en el aparato digestivo. "La causa es multifactorial, siendo generalmente más comunes en hombres de más de 50 años y con enfermedades predisponentes, como la enfermedad inflamatoria intestinal en cáncer colorrectal. A esto se suman hábitos de vida que sí podemos controlar y modificar." Destaca sobre todo la influencia de la alimentación, la inactividad física, la obesidad y el consumo de alcohol y tabaco. En este sentido, las dietas pobres en frutas, verduras y fibra y en las que se abusa de carnes rojas o procesadas, grasas y bebidas azucaradas suponen un mayor riesgo para el desarrollo de este tipo de tumores.
"Como consecuencia de la adopción de hábitos de vida poco saludables, se observan cada vez más casos en pacientes jóvenes, como está ocurriendo en la mayoría de tumores. Por ello desde los centros y unidades especializadas insistimos en la importancia de la prevención y el cuidado de la salud desde edades tempranas", explica el oncólogo de MD Anderson Madrid.
Las nuevas técnicas de imagen permiten un diagnóstico más certero
Tras la identificación de los síntomas, dentro del estudio detallado de cada paciente, los métodos diagnósticos radiológicos actuales permiten diagnosticar con mayor precisión tanto el tipo de tumor como la estadificación y la posterior valoración de la respuesta a los tratamientos oncológicos aplicados. Como explica el oncólogo, "en el caso concreto de los tumores digestivos, la continua mejora de las técnicas diagnósticas endoscópicas y la incorporación de técnicas ecográficas a las mismas es imprescindible para la estadificación, por ejemplo, de tumores esofagogástricos y facilita la toma de biopsias de tumores como los biliopancreáticos. Avances que repercuten en beneficio del paciente".
Sería deseable poder realizar un cribado a la población general para todo tipo de tumores digestivos, ya que facilitaría la detección precoz y, como consecuencia de ello, un aumento de la tasa de supervivencia de los pacientes. En la actualidad, solo es posible en tumores colorrectales donde se recomienda este cribado para mayores de 50 años mediante un test de sangre oculta en heces (anual o bianual) o una colonoscopia, cuya frecuencia va a depender de los hallazgos de la misma.
Respecto al tratamiento, en los últimos dos años se ha incorporado el uso de inmunoterapia en los tumores digestivos, principalmente esofagogástricos, hepatocarcinomas y colangiocarcinoma. En cáncer colorrectal, este tratamiento solo puede utilizarse en un 5% de los casos que son los que presentan una alteración en las proteínas reparadoras de ADN.
En cuanto a los tratamientos con radioterapia y cirugía, disponemos de nuevas estrategias que minimizan los efectos secundarios de las mismas como son los tratamientos con intensidad modulada (IMRT) y radiocirugía (SBRT) en el caso de la radioterapia, y la cirugía mínimamente invasiva cuyo máximo exponente en el momento actual es la cirugía con el robot Da Vinci.