El desarrollo de los anticuerpos monoclonales anti-CGRP ha supuesto un cambio de paradigma en el tratamiento de la migraña por su posología más cómoda, su eficacia y tolerabilidad. Tras la reciente incorporación de eptinezumab al arsenal terapéutico preventivo de la migraña, la compañía farmacéutica Lundbeck ha organizado el simposio "Ampliando expectativas en la prevención de la migraña", celebrado en el marco de la última Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que ha permitido a diversos expertos debatir sobre este anti-CGRP, el primero de administración intravenosa trimestral, aprobado en España este mismo año.
Bajo la moderación del Profesor José Miguel Láinez, presidente de la SEN y jefe de Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, se ha puesto el acento en la eficacia y rápida respuesta terapéutica que ofrece eptinezumab, observable desde el primer día tras su utilización, junto a un efecto sostenido en las reducciones de días de migraña al mes. En este sentido, el Prof. Láinez ha señalado que "eptinezumab es un anticuerpo monoclonal con unas ventajas como su rapidez y eficacia mantenida. Tiene una biodisponibilidad del 100% y una fijación muy rápida al ligando, lo que hace que funcione muy rápido, y que esta fijación se mantenga muy bien durante tres meses".
Este efectivo preventivo de la migraña con eptinezumab, rápido y sostenido, podría mejorar la adherencia al tratamiento. En cuanto a su rapidez, los efectos se observan a las 1-2 horas después de la perfusión, mientras que su efecto sostenido se prolonga a lo largo del periodo de tratamiento de 84 días. Para el presidente de la SEN, "los beneficios que ofrece la vía de administración intravenosa son la rapidez y la seguridad de que el paciente va a cumplir con la adherencia al 100%".
La rapidez de acción se considera el segundo atributo más importante del tratamiento preventivo por parte de las personas que padecen migraña, después de la eficacia. Las terapias orales preventivas para la migraña comúnmente prescritas pueden tardar de dos a seis meses en lograr los efectos máximos, y hasta tres de cada cuatro pacientes interrumpen su tratamiento preventivo oral inicial a los seis meses. Además, entre el 37% y el 48% de las interrupciones prematuras del tratamiento preventivo oral se atribuyen a la falta de eficacia.
En opinión del Prof. Láinez, el paciente candidato a recibir eptinezumab sería "cualquiera con migraña episódica o crónica, como sucede con cualquier otro monoclonal y, de forma más específica, aquellos que requieran de una rápida respuesta al tratamiento".
Sobre el anticuerpo monoclonal eptinezumab
Eptinezumab es un potente anti-CGRP y el primero y único de administración intravenosa trimestral que ha demostrado un inicio del efecto rápido (horas), eficaz y sostenido en las reducciones de días de migraña al mes, así como en las tasas de respuesta del 75% y del 50%, ofreciendo:
- una reducción en los días de migraña al mes en pacientes con migraña episódica o crónica (MEAF), migraña crónica (MC), MC y CUEM
- una reducción de la intensidad de las crisis más severas
- un efecto preventivo desde el primer día, acortando el tiempo hasta la desaparición del dolor de la cefalea y la ausencia de los síntomas más molestos, cuando se inicia durante una crisis aguda de migraña • un perfil de tolerabilidad favorable
- una administración trimestral, que asegura la adherencia terapéutica
- la evidencia demostrada en la reducción del uso de medicación aguda
En España, los anti-CGRP están indicados para la prevención de la migraña en adultos con al menos 4 días de migraña al mes (DMM) y su financiación se restringe a personas con 8 o más DMM, con tres o más fracasos de tratamientos utilizados previamente, durante al menos 3 meses, por lo que, en la práctica clínica, su uso queda relegado a las últimas líneas de tratamiento.
La prevención de la migraña se recomienda para lograr objetivos como la reducción de la frecuencia, gravedad, duración y discapacidad asociada de las crisis; mejorar la respuesta a la medicación sintomática de las crisis y evitar el aumento injustificado de su uso con la consiguiente pérdida de efectividad; mejorar la calidad de vida relacionada con la salud; y reducir el sufrimiento, los síntomas psicológicos y los costes globales asociados.