Según los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Kansas City University of Medicine and Biosciences, las embarazadas que practican de manera regular durante el embarazo ejercicio físico favorecen el desarrollo de un corazón más sano y más fuerte en sus bebés.
Este estudio ha puesto de manifiesto que el ejercicio físico que practica la madre afecta directamente en la salud cardiovascular del feto. Además, se ha comprobado que el ritmo cardiaco de los bebés cuyas madres realizan ejercicio es más bajo que el de los bebés cuyas madres no practican actividades aeróbicas constantes.
En este sentido, el Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la Federación Española del Corazón (FEC), ha destacado que "La taquicardia del bebé durante el parto es signo de sufrimiento fetal, por lo que si el ritmo cardiaco del bebé se mantiene bajo, dentro de los parámetros establecidos, el riesgo de sufrir taquicardias durante el parto es menor, lo que beneficia al recién nacido y evita complicaciones. Por esta razón, un ritmo cardiaco fetal bajo es señal de un corazón más sano".
Otro aspecto observado en el estudio es que el beneficio generado en el corazón del bebé es más evidente entre aquellos bebés cuyas madres han llevado a cabo más actividad física durante la gestación.
Los expertos de la FEC recomiendan que las embarazadas consulten siempre con el obstetra qué ejercicios deben hacer y en qué intensidad pueden realizarlos, ya que en el caso de aquellas mujeres que hayan sido sedentarias antes del embarazo, el aumento de actividad física durante el mismo puede ser perjudicial. Además, según el estado de salud de la madre y del mes del embarazo en el que se encuentre, la actividad será más o menos recomendable.
En el caso de que el médico permita la práctica de ejercicio, las actividades más recomendadas para las mujeres embarazadas son las aeróbicas como caminar a paso ligero, practicar yoga o pilates.