El fumador pasivo inhala hasta tres veces más nicotina que el fumador activo  

Un fumador pasivo, expuesto al humo de tabaco durante una hora, inhala un humo que contiene hasta tres veces más nicotina y alquitrán que la corriente principal que aspira el fumador, y unas cinco veces más de monóxido de carbono, lo que supone una cantidad equivalente a 2-3 cigarrillos, y tiene entre un 20 y un 30 % más de riesgo de padecer una enfermedad coronaria y cáncer de pulmón. Estos son algunos de los datos que se han puesto sobre la mesa durante la jornada de formación integral para periodistas, en la que se abordaron los desafíos del consumo tabáquico en la salud pública, impulsada por la empresa farmacéutica Aflofarm, junto con la Asociación nacional de informadores de la salud (ANIS). 

De la mano del Dr. Jaime Signes, neumólogo, Jefe del Servicio de Neumología del Hospital Clínico de Valencia y excoordinador del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirigía Torácica (SEPAR), y el Dr. Raúl de Simón, Médico de Familia en el Centro de Salud Luis Vives, de Alcalá de Henares y Coordinador Nacional del grupo de trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), se han abordado temas como la desinformación, pautas para favorecer la cesación tabáquica o cifras para poner de relieve la gravedad de la situación.  

De este modo, el Dr. Signes ha comenzado definiendo el tabaquismo. "No es una costumbre ni un hábito, sino una adicción, que genera dependencia. Considero que es una falta ética no usar los tratamientos farmacológicos y psicológicos óptimos para hacer frente a esta situación". El Dr. de Simón ha añadido que "para dejar de fumar hay dos variables clave: la motivación que cada persona tenga, y el tipo de tratamiento ofertado. Aquellos fumadores que no estén acompañados por profesionales, probablemente acabarán sufriendo recaídas, mientras que quienes tengan apoyo farmacológico y sigan estrategias psicólogas cognitivo-conductuales pueden multiplicar por dos o incluso por tres las probabilidades de dejar de fumar".

Para contribuir a la cesación tabáquica, los profesionales consideran que es preciso reforzar la atención al entorno del consumidor. "Más allá del aspecto legislativo que el Gobierno está aplicando, es necesario analizar el entorno del paciente: con quien conviven, si hay personas de riesgo... ".  

Tres claves para promover la cesación tabáquica  

El Dr. Signes comenta tres medidas clave para reducir el consumo de tabaco: "Por un lado, incrementar el precio del tabaco para disminuir su consumo. Además, debemos apostar por un empaquetado genérico. En Irlanda, Australia o Nueva Zelanda ya tienen el paquete de cigarrillos sin imagen publicitaria de la marca, donde solo se ve la marca y el aviso sanitario. Y, por último, debemos vigilar, fomentar e incrementar los espacios sin humo en entornos asociados al consumo tabáquico como los conciertos, los campos de fútbol o la playa, entre otros muchos".  

En cifras, los doctores han recordado que entre el 80 % y 90 % de los cánceres de pulmón se dan en fumadores o exfumadoresii, y que el consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante para el cáncer de cabeza y cuello (incluyendo cáncer de laringe e hipofaringe). En concreto, el tabaco provoca el 85 % de los tumores de laringe, según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

Además, el tabaquismo pasivo está asociado al aumento de riesgo de tuberculosis, según indica de Simón citando a la Pan American Health Organization (PAHO) y en niños de menos de 5 años, el riesgo de neumonía se duplica, según señala el doctor. 

Ganar la batalla a la desinformación y a las pseudociencias 

Los profesionales también se han pronunciado con respecto a cómo hacer frente a la desinformación. "Mi recomendación es que el ciudadano debe acudir a profesionales expertos y fuentes fiables", indica el Dr. de Simón.  

"Debemos huir de la pseudociencia. El tabaco es responsable de centenares de millones de muertes desde sus inicios, aunque se calcula que dejará de consumirse de forma regular en occidente en 5, 10 o 15 años. Necesitamos aprender de nuestros errores, porque si no estamos atentos dejaremos de ser adictos al cigarrillo normal, pero nos haremos adictos a otro tipo de dispositivo o cigarrillo que lleve nicotina también", añade el Dr. Signes. Por último, explica que "el cigarrillo electrónico es una puerta de entrada a la adicción del cigarrillo convencional".