El hipotiroidismo es una disfunción que afecta a la glándula tiroides, órgano, ubicado en el cuello, que se encarga de controlar el metabolismo. El tiroides produce, almacena y libera hormonas tiroideas, fundamentales para el buen funcionamiento de los órganos y tejidos.
Los síntomas de la enfermedad no son fáciles de detectar, puesto que pueden confundirse con alteraciones comunes a situaciones carenciales, al cansancio diario o al estrés. Por ello, los expertos hacen especial incidencia en la importancia del diagnóstico precoz.
Además, es fundamental desterrar algunos falsos mitos como el aumento excesivo de peso, la pérdida total del cabello, la imposibilidad para lograr un embarazo o no poder disfrutar de la lactancia, para normalizar esta enfermedad a través de un diagnóstico adecuado y un tratamiento correcto.
En cuanto a la obesidad, al producirse una disminución de actividad en el metabolismo de la mujer, se puede producir un posible aumento de peso, pero no necesariamente tiene que asociarse a obesidad. Cuando el hipotiroidismo está controlado y se sigue un estilo de vida saludable, el paciente mantendrá su peso normal.
Por otro lado, el tratamiento del hipotiroidismo no tiene ningún efecto colateral o indeseable y es seguro a todas las edades, con el adecuado control y seguimiento médico del mismo. Esta necesidad de control terapéutico se ve acentuada en situaciones especiales como durante el embarazo.