Los expertos del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología - ICQO aconsejan el uso de gafas de sol en verano, incluso los días nublados, para evitar los rayos solares que actúan durante todo el día, hasta con nubes. En opinión de los expertos del centro, las gafas son especialmente importantes para los más pequeños, dado que su cristalino todavía no regula del todo la penetración de la radiación y es especialmente peligroso.
La memoria de los ojos
Con la llegada del buen tiempo, es frecuente escuchar y poner en práctica consejos para cuidar la piel en verano y extremar los cuidados de la piel para evitar las agresiones y los excesos del sol. Los dermatólogos llevan años indicando que la piel tiene memoria y que por lo tanto los efectos de las radiaciones solares no se eliminan sino que se acumulan. Lo que muchas personas quizá no sepan es que los ojos, al igual que la piel, también tiene memoria y que los efectos de los rayos de sol se acumulan en éstos pudiendo llegar a producir consecuencias graves en algunos casos. Para ello, basta con seguir unos sencillos consejos que ayudan a extremar las precauciones para minimizar el riesgo de los rayos de sol.
Gafas de sol para mayores y pequeños
Lo primero que no se debe descuidar en verano es la protección de los ojos, con unas gafas de sol que aíslen de la radiación solar con unos cristales homologados y un buen filtro solar, es decir, compradas en ópticas. Asimismo, un consejo fundamental es no relajarse los días nublados, dado que los rayos solares actúan durante todo el día, haya o no haya nubes.
Especial atención requieren los más pequeños de la casa, cuyos ojos son más sensibles a la luz solar, dado que su cristalino no regula del todo la penetración de la radiación. Además, hay que tener en cuenta que jóvenes y niños permanecen durante mucho tiempo al aire libre en verano, la mayor parte de él sin protección en sus ojos. Los expertos del ICQO recomiendan usar gafas de sol a partir de los 5 o 6 años, así como el uso de gorros y sombreros y evitar la exposición en las horas de máxima intensidad, de las doce del mediodía a las cuatro de la tarde.
Lentillas en el agua
Aunque muchas personas no lo sepan, el uso de lentillas en el agua puede provocar multitud de infecciones oculares. Una lente de contacto funciona como una esponja, es decir en contacto con algún fluido lo absorbe hasta quedar empapado. El agua de la piscina contiene cloro y numerosos antialgas, que no generan ningún tipo de reacción en el cuerpo humano pero sí en los ojos. Cuando una persona se baña con lentillas, al abrir los ojos, las lentillas se empapan de cloro y antialgas que se quedan en el ojo. Unos microbios que a la larga pueden provocar infecciones, conjuntivitis o queratitis, inflamación de la cornea.
La importancia de la alimentación
Quizá muchas personas no conozcan la importancia que tiene la alimentación para cuidar nuestra vista. En verano, la alimentación es mucho más ligera y compuesta por ensaladas, frutas o verduras, alimentos ideales para cuidar nuestros ojos. Aquellos alimentos ricos en antioxidantes como las frutas tropicales, los cacahuetes, las legumbres o el pescado reducen el riesgo de padecer cataratas, actúan como protectores de la luz y luchan contra los radicales más nocivos para la vista.
Hidratación
El ambiente seco y los aires acondicionados son uno de los peores enemigos del ojo. En los locales climatizados, el aire es muy seco y se renueva poco, dos elementos que provocan que la lágrima del ojos e evapore con más rapidez.
Para evitar la excesiva sequedad, los especialistas del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología recomiendan colocar varios recipientes de agua repartidos por el lugar donde se encuentra la persona o tener plantas. Ambos elementos ayudan a humedecer el ambiente y evitar que aparezcan las molestias oculares. Es muy importante cuidar la hidratación en el ojo para evitar o evitar que se agudice la enfermedad del ojo seco.
Alergias en los ojos
Aunque dada la climatología vasca, Euskadi está más a salvo de las falta de lluvias, el descenso de las lluvias en verano, incrementa el número de partículas en suspensión en el aire y genera un ambiente cargado capaz de provocar alergias oculares.
Es importante acudir al especialista en el momento en el que se empiecen a notar los primeros síntomas de alergia para tratarlo lo antes posible. Es importante tener especial cuidado con los niños y adoptar la misma medida de acudir al especialista si sus ojos están irritados o enrojecidos, incluso sin haber ido a la piscina.
Algunos consejos prácticos para reducir las alergias son:
- Las gafas de sol reducen el contacto de los alérgenos con los ojos
- Poner en el aparato del aire acondicionado un filtro especial para alérgicos
- Reducir las actividades al aire libre hasta media mañana, ya que antes de esa hora, hay mayor cantidad de polen en el aire
- Utilizar gafas de natación, ya que el cloro empeora las conjuntivitis alérgícas