Según los datos aportados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), cerca del 5 % de la población española padece el síndrome de las piernas inquietas, es decir, más de dos millones de españoles. De ellos, hasta un 20 % sufren una forma grave de la patología.
Puesto que esta dolencia no pone en peligro la vida del paciente, durante años, se ha infravalorado tanto los síntomas como el impacto que produce en la calidad de vida del enfermo, hasta el punto de que, según alertan los expertos de la SEN, hoy en día pueden trascurrir más de 10 años hasta que se realiza un diagnóstico correcto de la patología.
En este sentido, el Dr. Hernando Pérez Díaz, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN, explica que "el síndrome de las piernas inquietas es uno de los trastornos neurológicos más comunes, aunque sigue siendo poco conocido y mal diagnosticado. Sin embargo, es preciso recordar que es una enfermedad crónica y con gran impacto en la calidad de vida de los pacientes".
"En los últimos años ha avanzado muchísimo el tratamiento de la enfermedad hasta el punto de que, en la gran mayoría de los casos, se pueden eliminar las molestias y por lo tanto, a los pocos días, los pacientes ven mejorado su descanso y su calidad de vida", afirma el Dr. Pérez Díaz.
"Aunque los pacientes suelen buscar atención médica (generalmente el motivo de consulta suele ser el insomnio) el desconocimiento que existe sobre este trastorno es aún muy notable por parte de muchos especialistas. Es más común de lo que sería recomendable que, en ocasiones, los síntomas se etiqueten como vasculares, llegando incluso a recomendar la safenectomía, o que se trate con benzodiacepinas, como si se tratase de un simple insomnio, que no resuelven el problema".