El tabaco se relaciona con el síndrome de muerte súbita en el lactante

La Fundación Española del Corazón (FEC) advierte sobre el especial cuidado que deben tener los padres fumadores con sus hijos, con el fin de que estos no vean afectada su salud debido a la inhalación del humo del tabaco.
 

El humo del tabaco ya incide de forma muy negativa en la salud respiratoria y cardiovascular desde una edad muy temprana. Incluso en una mujer embarazada y fumadora puede producir parto prematuro y aumenta el riesgo de tener un recién nacido de bajo peso.

Asimismo, el tabaco inhalado de forma pasiva por los lactantes se relaciona con el síndrome de muerte súbita, hasta el punto de que se calcula que un 10% de los casos de muerte súbita en el lactante están relacionados con el tabaquismo pasivo.

En general, en los niños la afectación del tabaco es fundamentalmente respiratoria (aumento del riesgo de asma, bronquitis, bronquiolitis o aumento de la incidencia de neumonías, entre otras enfermedades). Además, múltiples estudios demuestran que los menores expuestos al humo del cigarrillo tienen más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular en un futuro.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que cerca del 40% de los menores está regularmente expuesto al humo ajeno en el hogar. Por ello, los expertos recomiendan que, si los padres no se deciden a dejar de fumar, con el fin de evitar que sus hijos inhalen el humo tóxico del tabaco, deben evitar fumar en el hogar.

Hay que tener en cuenta, también, que los hijos de padres fumadores tienen el doble de probabilidades de acabar siendo fumadores, debido, principalmente, a la adicción que van adquiriendo a la nicotina y a la incidencia del modelo de conducta de su progenitor.

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