El Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana ha recordado, en el marco del inminente inicio del nuevo curso escolar, que hay que prestar especial atención al calzado usado por los niños ya que un calzado inadecuado puede provocar deformaciones en los dedos de los pies, alteraciones en las uñas e, incluso, problemas relacionados con la forma de caminar. Especialmente hay que extremar el cuidado entre los 12 meses y los tres años, puesto que en este periodo es cuando se configura la forma básica del pie y el modo de caminar.
Según los expertos, el calzado adecuado es el que protege los pies pero no deforma la marcha, facilita el desarrollo normal del paso y se adapta a las dimensiones del pie infantil. Es indispensable usar una talla adecuada para evitar compresiones y lesiones en los pies. En concreto, el zapato debería ser un centímetro mayor a la longitud del pie para que permita el crecimiento correcto y facilite los movimientos naturales del niño.
Además, los podólogos han recordado la necesidad de evitar transferir el calzado usado de un niño para que lo use otro más pequeño, debido a que el zapato tiene la forma de su anterior propietario y puede originar molestias en el niño que lo herede. Por otro lado, aconsejan que los zapatos que se compren estén elaborados con materiales naturales y flexibles que permitan la traspiración y la libertad de movimientos. Además, no deben tener costuras que puedan causar roces.