El uso de grasa propia se está afianzando como una alternativa segura a los implantes en las intervenciones de aumento de pecho, según sostiene el Dr. Mario Márquez, responsable de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del hospital USP San Jaime (Torrevieja).
Para el Dr. Márquez, el trasplante autólogo de grasa corporal tiene como principales ventajas la ausencia de cicatrices, la desaparición del riesgo de rechazo y la reducción de posibles complicaciones.
La técnica consiste en hacer una liposucción a baja presión para que no se dañen los adipocitos. El material obtenido se prepara para purificar y concentrar las células grasas y las células madre que contienen tejido graso y eliminar el suero restante. A continuación se procede a realizar la infiltración con el material enriquecido obtenido.
De esta forma se consigue que aumente el tejido adiposo que va a permanecer en los tejidos y se convierta en permanente. Tras finalizar el implante se procede a la inmovilización mediante un vendaje entre 7 y 10 días. La intervención dura dos horas y no requiere ingreso, lo que permite la incorporación de la mujer a su rutina.