El uso del dermatoscopio en la Atención Primaria es fundamental para la detección precoz del cáncer de piel

El uso del dermatoscopio (una lupa que permite aumentar la imagen de las lesiones cutáneas) por parte del médico/a de familia permite resolver consultas dermatológicas y evitar derivaciones, pero su uso es imprescindible para el diagnóstico precoz de tumores malignos, como son los carcinomas y el melanoma, este último de gran mortalidad

Que el 20% de las consultas que se ven en la atención primaria sea por problemas de la piel, es razón suficiente para que los profesionales del primer nivel asistencial dispongan de un dermatoscopio en las consultas. De hecho, el grupo de Dermatología de la CAMFiC pide a los proveedores sanitarios que se implemente el uso del dermatoscopio en las consultas dado que se trata de un aparato pequeño (se puede llevar en el bolsillo de la bata) y de precio asequible. Su uso permite mejorar el diagnóstico de patologías de la piel, incrementa la capacidad resolutiva de los médicos/as de familia y evita derivaciones innecesarias, pero como dice la Dra. Mireia Serrano, médica de familia y coordinadora del Grupo de Dermatología de la CAMFiC "el dermatoscopio se convierte en imprescindible cuando hablamos de cáncer de piel, porque nos permite hacer detección precoz de tumoración cutánea maligna".

El dermatoscopio en la primaria, y su papel en la detección del cáncer de piel

Los principales cánceres de piel son los carcinomas y el melanoma, este último es el menos frecuente (supone el 5% de los cánceres de piel) pero es el más agresivo y mortal si no se diagnostica y se trata a tiempo; es el responsable del 80% de las muertes por este tipo de cáncer.

En este sentido, la detección precoz del melanoma es fundamental, porque es un tipo de cáncer que si hace metástasis (porque se ha detectado tarde) no tiene supervivencia. Aquí el papel del médico/a de familia es básico porque como explica la Dra. Mireia Serrano, "sólo en contadas ocasiones es el paciente quien nos consulta directamente por una lesión sospechosa de cáncer cutáneo y en muchas ocasiones, si lo hace, ya está en fases muy avanzadas. Nosotros - continúa Serrano - somos quienes hacemos un seguimiento más longitudinal del paciente, por ello, es importante que los médicos/as de familia estemos sensibilizados en la búsqueda activa y la detección del cáncer cutáneo, de modo que cuando exploramos al paciente por cualquier motivo de consulta, seamos capaces de detectar lesiones potencialmente malignas".

Esto es posible si se dispone de un dermatoscopio en la consulta y si se ha recibido una mínima formación sobre su uso. De hecho, se ha comprobado que los médicos/as de familia que han recibido formación durante 4 horas, incrementan hasta un 80% su sensibilidad ante el cáncer de piel, sin disminuir su especificidad diagnóstica, lo que quiere decir que en casi un 96% de los casos en que el médico/a de familia dijo que una mancha en la piel no era cancerígena, efectivamente no lo era.

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