El verano, al contrario del pensamiento general, es un buen momento para introducir hábitos de vida más saludables. En palabras de la Dra. Viviana Loria, experta en Nutrición y Dietética, "en verano nos permitimos la licencia de comer todo lo que no hemos comido en los meses previos, dando lugar a que a la vuelta de las vacaciones regresemos con unos kilos de más".
Para evitar estos kilos de más, se debe pensar que el verano también ofrece una serie de oportunidades que se pueden aprovechar para seguir un estilo de vida saludable.
Con el calor la sensación de hambre se reduce, lo que cosntituye una oportunidad para evitar excesos a la hora de comer y solo tomar la cantidad de alimentos necesaria.
Por otro lado, al disponer de más tiempo en el periodo vacacional, se puede planificar mejor los menús, aprovechando, además, los beneficios de las frutas y verduras de temporada, que pueden ayudar a aligerar la dieta. En este sentido, las ensaladas, las sopas frías y los zumos naturales pueden ser aliados para poder consumir una dieta sana y ligera.
Por último, el buen tiempo puede ser también una aliado para evitar el sedentarismo. Caminar, pasear por la playa o montar en bicicleta ayudan a incrementar la actividad física un factor fundamental para lograr controlar el peso y evitar la obesidad.
En este sentido, la Dra. Loria afirma que "el incremento de la actividad física no solo lleva a un aumento del consumo calórico en el momento en que la realizamos, sino que también se incrementa nuestro gasto energético en reposo durante un tiempo posterior, produciendo una serie de cambios a nivel metabólico que además de prevenir la ganancia de peso nos previene de enfermedades como la diabetes, el desarrollo del síndrome metabólico, etc.".