Los neumólogos de la Comunidad Autónoma del País Vasco han elaborado un protocolo conjunto -auspiciado por la Sociedad Vasco-Navarra de Patología Respiratoria (SVNPAR-ENAPE)- que habilita un consenso de los pasos a dar por los profesionales médicos en el diagnóstico y seguimiento de las patologías relacionadas con la manipulación laboral del amianto. El protocolo está enfocado para los trabajadores que se encuentran en periodo de prejubilación y jubilación cuya asistencia sanitaria deja de depender de los servicios de prevención y se recoge por los servicios públicos de salud.
"Ahora lo que nos encontramos en son pacientes con enfermedades producidas por amianto que, una vez jubilados o que han cambiado de actividad laboral, pasan a cargo de los servicios de asistencia sanitaria públicos y se necesita un adecuado protocolo de derivación desde los servicios de prevención", reflexionan desde la Sociedad Vasco Navarra del Aparato Respiratorio.
La patología profesional producida por la exposición a fibras de amianto está recogida en el Real Decreto 1299/2006 de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro.
Los principales efectos sobre la salud derivados de la exposición al asbesto son la asbestosis (fibrosis pulmonar), el cáncer de pulmón y el mesotelioma (pleural o peritoneal), habiéndose encontrado también asociación con otras neoplasias (carcinomas gastrointestinales o de laringe). Existe sospecha, no confirmada, de que el asbesto puede producir otros cánceres (riñón, ovario, mama).
El amianto ha sido muy utilizado en la industria desde la década de los años 50 hasta su prohibición en 2001 y provoca graves consecuencias médicas, que empezaron a ser evidentes en la década de los años ochenta cuando aparecieron los primeros casos.
El periodo de latencia –tiempo que transcurre desde que una persona está expuesta a algo y desarrolla una enfermedad- es de diez hasta 40 años.
El Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales (OSALAN) dispone de una base de datos de trabajadores que han estado expuestos al amianto durante su periodo laboral. Desde que se puso en marcha, el fichero recoge datos de un total acumulado de 7116 personas. El protocolo para Osakidetza establece cómo se deriva a los trabajadores desde ese fichero para su atención, y qué tipos de pruebas y seguimiento médico ha de hacerse.
En Navarra, dada la necesidad de controles médicos preventivos en trabajadores expuestos a amianto cesada la relación de trabajo en la empresa donde se produjo la exposición, se creó en Navarra en 1998 el Registro de trabajadores expuestos que en la actualidad consta de 1485 trabajadores, habiéndose iniciado los reconocimientos en 1999 hasta 2001 reiniciándose los mismos a partir de 2014.
"La intención del protocolo es detectar cáncer de pulmón a tiempo, sin desdeñar otras causas que favorecen el efecto carcinogénico del amianto, tales como el consumo de tabaco y el medioambiente", aseguran desde la Sociedad Vasco-Navarra del Aparato Repiratorio.
"El objetivo es agrupar los criterios de valoración para unificar las pruebas, teniendo en cuenta el grado de exposición al amianto y el tiempo y hábito tabáquico. El presente protocolo, más allá de la exposición al amianto, tiene en cuenta el hábito tabáquico con el fin de pautar el seguimiento más adecuado para cada paciente. En los últimos años se han recogido evidencias singulares. No en vano, ya existe una sentencia que reconoce la influencia del amianto en la salud de las personas que lavaron la ropa de los trabajadores expuestos al citado material", concluyen.