El horizonte de la reumatología es amplio. Tanto que para abordar de manera correcta el tratamiento de determinadas enfermedades reumáticas se debe realizar desde una perspectiva multidisciplinar, aunando y combinando el conocimiento de distintos campos médicos. Dentro de la reumatología existe un grupo de enfermedades relacionadas específicamente con el comportamiento del sistema inmunológico del paciente, son las denominadas enfermedades reumatológicas autoinmunes sistémicas (ERAS).
Cada 29 de abril se conmemora el Día Internacional de la Inmunología y, desde la Sociedad Valenciana de Reumatología, han aprovechado esta fecha para recordar el gran avance que ha supuesto la introducción de la terapia inmunológica y las dianas terapéuticas a la hora de abordar el tratamiento de las enfermedades autoinmunes sistémicas, así como de controlar el comportamiento anómalo de los anticuerpos que producen algunas enfermedades reumáticas.
Las enfermedades reumatológicas autoinmunes pueden afectar a diversos sistemas del organismo, ya sea el respiratorio, el cardiovascular o bien el musculoesquelético, entre otros. En relación con este tipo de enfermedades encontramos patologías como el lupus eritematoso sistémico, el síndrome de Sjögren, las miopatías, la policondritis recidivante, la esclerosis sistémica progresiva, la enfermedad de Behçet o la vasculitis, entre otras.
La afectación de órganos o sistemas como los riñones, pulmones, sistema nervioso, piel o articulaciones, etc., suele estar asociada a las enfermedades autoinmunes reumáticas. Síntomas de carácter algo más general como la aparición de dolores musculares o articulares, la pérdida repentina de apetito, el cansancio o la fiebre nos deben alertar igualmente de la posible existencia de una ERAS.
Asimismo, la existencia de lesiones en la piel que produzcan endurecimiento en los dedos y otras partes del cuerpo, la aparición de aftas en la boca y los genitales de forma recurrente, una debilidad extrema en los músculos que incluso dificulten la posibilidad de realizar movimientos o experimentar una sensación de sensibilidad cuando se toca el cuero cabelludo, entre otros signos, nos debe hacer sospechar. Mediante un estudio clínico exhaustivo se determinará a qué se deben los síntomas detectados y cuál es la patología que los produce.
En función de las características particulares de cada enfermedad y de los órganos que afecta en cada caso clínico, el reumatólogo o reumatóloga adaptará el tratamiento para el paciente. Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, más posibilidades tendremos de minimizar los posibles daños que la patología puede causar en el organismo.
Por ello, ante la aparición de los primeros síntomas, resulta esencial que el caso se derive desde la atención primaria a un reumatólogo para que el diagnóstico se efectúe de una forma precoz y se inicie el tratamiento lo antes posible. En el Día Internacional de la Inmunología ponemos el foco en las distintas implicaciones que tiene el sistema inmunológico en el desarrollo de determinadas enfermedades reumáticas y del papel de esta disciplina en el abordaje multidisciplinar del paciente reumático con ERAS.