En invierno debe extremarse el cuidado del pie diabético

Una de las complicaciones más importantes y comunes que sufren los pacientes diabéticos es el daño producido en los pies, ya que estos pierden sensibilidad quedando expuestos a heridas e infecciones. El pie diabético afecta aproximadamente a un 10% de las personas diabéticas.

En invierno se debe extremar la precaución y hay que tener en cuenta, según explica la Dra. Laura López-Táppero Irazabal, médico de familia del Hospital USP San Camilo de Madrid, unas recomendaciones, entre las que se encuentran usar calcetines sin costuras, usar el calzado nuevo progresivamente, no fumar e inspeccionarse los pies diariamente.
 

Al margen de estas medidas de precaución, ante la aparición en los pies de hinchazón, enrojecimiento, ampollas o aceración aunque sea indolora es muy importante la revisión por un médico para realizar un diagnóstico y evitar que los síntomas empeoren.
 

El pie diabético es un trastorno que afecta a los nervios, dificultando la irrigación de sangre en el pie y disminuyendo la sensación del dolor y que, sin el debido cuidado, puede acarrear graves daños.
 

El pie es una zona de riesgo especial debido a su distancia con el corazón, lo que en el caso de las personas diabéticas se ve perjudicado por el hecho de padecer una menor sensibilidad dolorosa y térmica que puede llevar a sufrir heridas sin que sean percibidas por el enfermo. Además, a causa de la diabetes los vasos sanguíneos sufren un daño que dificulta la cicatrización.
 

Debido a estos factores una rozadura puede producir heridas que se advierten con dificultad, lo que puede provocar una infección que termine por colonizar la zona destruyendo los tejidos con una curación complicada, pudiendo producir una ulceración. Ya que no se resuelve de manera espontánea y tiende a agravarse, puede llegar a necrosarse el tejido obligando a amputar el miembro.

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