La otitis externa es un tipo de infección aguda del oído que se da con mayor frecuencia durante el verano. De hecho, es una de las primeras causas de visita al médico durante la época estival.
Las altas temperaturas hacen que las playas y piscinas sean los lugares más frecuentados y el agua es el principal causante de esta afección. Con menor frecuencia, la otitis puede deberse también a la ducha diaria junto a la humedad ambiental.
Según señala la Dra. Concha Crespo, jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico San Juan de Alicante, el principal síntoma de esta patología "es un dolor fuerte en la zona y, si la enfermedad progresa, se produce supuración y estrechez del conducto auditivo. En casos extremos, la inflamación puede provocar celulitis (inflamación del tejido celular subcutáneo) y despegamiento del pabellón auditivo".
Según la especialista, el mejor método de prevención es secar los oídos tras el baño, depositando para ello una gota de alcohol de 70 grados, que actúa como antiséptico.
El tratamiento se basa en la administración de gotas antibióticas y la recomendación de evitar el contacto con el agua. En los pacientes más graves, que experimentan mayor estrechez del conducto auditivo, es necesario aspirar las secreciones para limpiar el conducto e introducir un tubo en el conducto auditivo para que pueda penetrar el tratamiento.
A los pacientes que han sido diagnosticados se les recomienda no bañarse en playas ni piscinas durante una semana, período que se amplía en casos más graves y que se debe mantener siempre hasta la resolución de la otitis.