Entre un 25 y un 45% de los diabéticos padece retinopatía diabética, principal causa de ceguera en países industrializados

El riesgo de padecerla aumenta con los años de evolución de diabetes
Los pacientes con diabetes tipo I tiene el doble del riesgo de tener RD
El control de la diabetes y las revisiones oftalmológicas: principales armas preventivas

La retinopatía diabética (RD) es una complicación ocular de la diabetes que se produce por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina y que, de no tratarse a tiempo, puede llegar a causar ceguera. "De hecho, es la principal causa de la pérdida de visión entre los pacientes diabéticos. Se estima que entre el 25 y 45% de los pacientes con esta patología presenta algún grado de retinopatía diabética. En la actualidad, es la principal causa de ceguera en países industrializados, debido a que la diabetes es una patología en aumento", explica la Dra. María Capote, oftalmóloga del Hospital La Milagrosa de Madrid (www.lamilagrosa.com).

En 2017 esta patología ocular fue la causa más frecuente de ceguera en pacientes con diabetes en edad laboral activa, con una  prevalencia variable que oscila entre el 20 y el 25% de los afectados por diabéticos tipo II y el 50% del tipo I. La prevalencia también se relaciona directamente con los años de evolución de la diabetes y con su control metabólico, estimándose que los pacientes diabéticos con una evolución de 5 a 10 años ven duplicada la probabilidad de desarrollar retinopatía diabética, comparados con los de menos de 5 años de evolución.

"La diabetes afecta a todos los vasos sanguíneos del cuerpo, incluidos, los finos capilares de la retina, pudiendo provocar una fuga de fluido o sangre cuyas consecuencias son una inflamación de la zona que afectaría a la agudeza visual no solo periférica sino también central", explica la Dra. María Capote.

Prevención de la retinopatía diabética

  • Mantener la tensión arterial por debajo de 130/80 mmHg (la hipertensión provoca deterioro arterial).
  • Control efectivo de los niveles de azúcar en sangre. "Si no se controla este parámetro la diabetes se agravará, incluyendo todas sus patologías asociadas, entre la que se encuentra la retinopatía diabética", explica la oftalmóloga del Hospital La Milagrosa.
  • Evitar niveles altos de lípidos en la sangre (colesterol y triglicéridos). Los niveles altos de estos lípidos puede llevar a una mayor acumulación de exudados, los depósitos de proteínas que se filtran en la retina. Esta condición se asocia con un mayor riesgo de pérdida visual moderada.
  • Revisiones oftalmológicas anuales. Tanto los pacientes con diabetes como por parte de las personas con antecedentes familiares. "Consiguen hacer un diagnóstico precoz de la retinopatía diabética y, por tanto, de la aplicación de los tratamientos más adecuados en cada caso", aclara la oftalmóloga.

Sintomatología

Desgraciadamente, la retinopatía diabética no alerta precozmente porque los síntomas no aparecen hasta que la enfermedad ya está en fases avanzadas, de aquí la necesidad de la realización de revisiones periódicas regulares. Sin embargo, conviene tener en cuenta las siguientes señales:

  • Visión borrosa o visión doble.
  • Flashes, destellos de luz o 'moscas', lo que puede indicar tanto el desarrollo precoz de una catarata como un desprendimiento de retina, que deben ser tratadas de urgencia.
  • Un velo, nube, rayas de color rojo o manchas oscuras en el campo visual en uno o ambos ojos, (puede indicar hemorragia).
  • Puntos ciegos o en blanco en el campo visual.

Tratamiento

"En la mayoría de los casos (al ser difíciles de identificar o por un desconocimiento de los pacientes de esta enfermedad asociada a la diabetes), los pacientes acuden al oftalmólogo cuando hay problemas oculares. Esto implica que la retinopatía diabética ya ha progresado e incluso, pude haber daños irreversibles, que pueden conducir a una ceguera total. De ahí la importancia de las revisiones oftalmológicas periódicas desde el momento en el que la diabetes es diagnosticada" matiza la Dra. Capote.

Por ello, el tratamiento principal es un control efectivo de la glucosa y de todas sus patologías asociadas. En las etapas tempranas, únicamente con este control estricto puede haber una mejoría de las alteraciones vasculares que se detectan.

"Ya en etapas más avanzadas, los tratamientos que prescribimos para el edema muscular diabético ­(inflamación de la mácula, el centro de visión) se basan en fármacos antiinflamatorios y antiangiogénicos. Pero en ocasiones es necesaria también la aplicación del láser para sellar posibles "escapes" de fluido de los que hemos hablado. Es posible que estos tratamientos deban repetirse más de una vez y combinar ambos procedimientos", explica la experta.

Asimismo, dependiendo del grado de desarrollo de la patología, puede llegar a ser necesario someterse a una intervención quirúrgica denominada vitrectomía, destinada a eliminar el gel vítreo nublado por la sangre y aplicar láser en las zonas dañadas. "Generalmente, esta operación se lleva a cabo bajo anestesia local y es indolora. El paciente puede regresar a su casa después de la misma por sus propios medios  y sin mayor dificultad", concluye la Dra. Capote

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