Tradicionalmente, los pacientes han venido optando por operarse las varices en los meses fríos, debido a la necesidad de llevar medias elásticas en el postoperatorio y proteger así las heridas del sol. Pero la evolución de la tecnología y la aparición de nuevas opciones de tratamiento permiten, a partir de ahora, afrontar una intervención de varices en verano.
Gracias a una nueva técnica mínimamente invasiva, que no precisa pasar por el quirófano, el Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela ha iniciado un programa de tratamiento apoyado en el sistema de cierre VenaSeal, que consiste en el sellado de la vena safena con un adhesivo biológico. Una vez realizado, no es necesaria la posterior colocación de medias elásticas, entre otras ventajas para el paciente, lo que le permitirá actuar sobre sus varices en el momento del año que le sea más propicio.
"Los resultados del adhesivo son similares a los que presentan el endoláser o la radiofrecuencia. Pero sus ventajas son mucho mayores, ya que hay menos inflamación, una recuperación inmediata, así como la ausencia de medias elásticas postoperatorias. Se puede realizar con un único punto de anestesia local. El empleo del adhesivo evita además que se provoquen neuropatías", subraya el Dr. Juan Fontcuberta, jefe de servicio de Angiología y Cirugía Vascular del hospital.
"La técnica es muy eficaz y duradera, aunque requiere de conocimientos y experiencia en angiología y cirugía vascular para realizar una indicación correcta según el estudio eco-Doppler venoso. El objetivo es ocluir la vena safena interna o externa del modo menos agresivo posible y esperar a que las varices vayan desapareciendo progresivamente al disminuir su presión. Cerrar la vena safena enferma es beneficioso, ya que se facilita que la sangre venosa vuelva al corazón a través del sistema venoso profundo, que funciona correctamente. Si tras dos meses del tratamiento todavía quedan algunas varices residuales se pueden plantear tratamientos ambulatorios mediante escleroterapia con microespuma", describe el especialista, convencido de las bondades del tratamiento, sobre todo en lo referido a la seguridad de los pacientes. Su utilización, a diferencia del endoláser o la radiofrecuencia, no transmite calor a las estructuras adyacentes y no provoca neuropatías. Estas alteraciones neurológicas son poco frecuentes, pero pueden provocar alteraciones sensitivas durante mucho tiempo.
Posteriormente a la realización de la técnica, se inicia un seguimiento a las 2-3 semanas mediante un eco-Doppler de control y se valora si es necesario en un futuro hacer alguna pequeña técnica asociada de escleroterapia o flebectomías para mejorar las varices.