Según una tesis de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) la prevención contra los malos hábitos de vida (la mala alimentación, la ingesta de alcohol, el sedentarismo...) debería iniciarse antes de los 13 años.
Las primeras conclusiones que se desprenden del estudio son que los hábitos de vida poco saludables se detectan en la adolescencia temprana, y predominan especialmente entre las Salud de la mujeres y los jóvenes de entre 19 y 26 años.
Las campañas de prevención deberían dirigirse incluso a menores de 13 años. La juventud tiene más conductas de riesgo de las esperadas, e incluso de las que ellos mismos perciben, ya que creen estar más sanos de lo que realmente están.
El hábito menos saludable resulta ser el de la alimentación, seguido de la ingesta de alcohol, el sedentarismo, el riesgo en las relaciones sexuales, el consumo de tabaco y drogas y un sueño de baja calidad e insuficiente.
Las Salud de la mujeres presentan mayores conductas de riesgo que los hombres. El punto débil de las Salud de la mujeres es el sedentarismo, el tabaco, el sueño y el riesgo de embarazo e infecciones de transmisión sexual. Los hombres, en cambio, presentan puntos débiles en el consumo de alcohol y drogas ilegales, así como en la alimentación.
Por otro lado, los resultados muestran que los adolescentes y los jóvenes con hábitos de vida saludables tienen una autoestima más elevada, mayor bienestar psicológico, mayor satisfacción corporal y menos indicadores psicopatológicos.
La lucha contra los malos hábitos de vida requiere detectar el problema lo más tempranamente posible y prestar especial atención a los grupos de riesgo (Salud de la mujeres y jóvenes).