Importancia del primer tratamiento tras el diagnóstico de la epilepsia: el reto de controlar las crisis y mejorar la calidad de vida del paciente

Los neurólogos se enfrentan a retos más allá del control de las crisis a la hora de elegir el primer fármaco antiepiléptico: que sea bien tolerado, con pocos efectos adversos, que no interactúe con otros fármacos y sea fácil de utilizar
El tratamiento en epilepsia será además en muchos casos crónico y es necesario que el fármaco elegido no incremente a largo plazo el colesterol, o no produzca osteoporosis o alteraciones cognitivas, entre otras consecuencias, ya que todo ello influirá directamente en la calidad de vida futura del paciente
En el simposio se ha presentado el estudio Euro-Esli, un análisis conjunto de datos provenientes de 14 estudios europeos en práctica clínica, que analiza los datos de 2.058 pacientes de entre 14 y 88 años de edad. El estudio concluye que acetato de eslicarbazepina, un fármaco antiepiléptico de nueva generación, es eficaz y a la vez tiene un buen perfil de tolerabilidad a corto y largo plazo, por lo que el porcentaje de pacientes que continuaba con el fármaco en el tiempo era muy alto

Los neurólogos españoles presentes en el simposio "Epilepsia, experiencia terapéutica más allá de las crisis" han destacado la importancia de la elección apropiada del primer tratamiento tras el diagnóstico de la epilepsia. Ese fármaco, además de ser eficaz en el control de las crisis, debe proporcionar la mejor calidad de vida posible al paciente al tener el menor número de efectos adversos e interacciones que afecten al conjunto de su salud.  El simposio se ha celebrado en Valencia, en el marco de la LXIX Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y ha contado con el patrocinio de las compañías Bial y Eisai, como parte de su compromiso con los profesionales sanitarios en el ámbito de la epilepsia.

El Dr. Vicente Villanueva, neurólogo, jefe de Sección de la Unidad de Epilepsia del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia y ponente en el simposio, ha explicado que "una de las situaciones que vemos cuando se da un primer fármaco al paciente, que suele ser en monoterapia, es que casi todos los tratamientos demuestran eficacia, pero hay una serie de factores que van más allá de las crisis en las que no todos responden igual".

Y es que los fármacos antiepilépticos, a juicio de los especialistas, además de eficaces deben ser cómodos de utilizar, lo que mejora el cumplimiento terapéutico; con pocos efectos adversos; que no presenten interacciones con otros fármacos; y que sean adecuados para el conjunto de la salud del paciente. "Y a eso nos referimos con ir más allá de las crisis", explica el Dr. Villanueva. Un conjunto de factores que tiene que ser tenido en cuenta a la hora de individualizar el tratamiento, ya que están directamente relacionados con una mejora en la calidad de vida del paciente.

Por ello, el simposio se centró en cómo elegir el primer fármaco antiepiléptico, "revisando qué posibilidades existen. Porque aunque haya 22 opciones terapéuticas, éstas se van reduciendo de forma drástica según el grupo de edad y las indicaciones específicas de cada paciente. Además algunos fármacos más antiguos, tienen más problemas de interacciones y efectos adversos, mientras que otros, más modernos, presentan menos interacciones y menos efectos adversos", explica el Dr. José María Serratosa, presidente de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP) y jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y moderador del simposio.

Esta elección apropiada del fármaco antiepiléptico debe ser especialmente cuidadosa porque en muchos casos el tratamiento será crónico. El fármaco elegido no debe afectar negativamente al metabolismo de lípidos, cognición, depresión, función sexual… "Esto implica evitar fármacos que, por ejemplo, aumentan el colesterol o aquellos que producen osteoporosis o alteraciones en algunas enzimas hepáticas. También hay que considerar el perfil de interacciones del fármaco, ya que con el paso del tiempo los pacientes pueden empezar a tomar fármacos para otras enfermedades", ha añadido el Dr. Serratosa.

En este sentido, los nuevos fármacos antiepilépticos han modificado sustancialmente el perfil de efectos adversos metabólicos con relación a los de primera generación. Igualmente se ha ido simplificando su uso, con el fin de mejorar el cumplimiento terapéutico. "Se ha visto que los tratamientos que se toman una o dos veces al día tienen más seguimiento por parte del paciente que aquellos que se toman tres o cuatro. Lo ideal es tomar el fármaco una vez al día por la noche", puntualiza el Dr. Serratosa.

Efectividad en la práctica clínica

En este contexto, el Dr. Villanueva dio a conocer las últimas novedades relacionadas con acetato de eslicarbazepina, que recibió el pasado junio por parte de la Agencia Europea del Medicamento la autorización para su uso en el tratamiento como terapia adyuvante en pacientes adolescentes y niños mayores de seis años y como monoterapia administrada una vez al día para el tratamiento de adultos con diagnóstico reciente de epilepsia de inicio parcial. A su juicio, acetato de eslicarbazepina se adapta a los requisitos más allá de la eficacia en cuanto al control de las crisis, lo que contribuye a la mejoría en la calidad de vida de los pacientes.

El Dr. Vicente Villanueva ha coordinado el estudio Euro-Esli, un análisis conjunto de datos provenientes de 14 estudios europeos en práctica clínica, que analiza los resultados de acetato de eslicarbazepina en 2.058 pacientes de entre 14 y 88 años de edad con crisis parciales, con o sin generalización secundaria, y que han sido seguidos durante una media de cinco años.

"Hemos detectado que el porcentaje de pacientes que a lo largo de los años continuaba con el fármaco era muy alto. Ello es debido a que la relación entre su efectividad y efectos adversos es buena", ha destacado el Dr. Villanueva. Además, "estos datos son importantes porque proporcionan una visión significativa de cómo funciona un fármaco en un entorno médico habitual, donde los pacientes son más diversos que los reclutados para los ensayos clínicos y el tratamiento se adapta a las necesidades de cada persona", ha afirmado el Dr. Villanueva.

Además, según se recoge en el subanálisis realizado dentro del Estudio Euro-Esli en función de la década de edad de los pacientes, acetato de eslicarbazepina demostró ser eficaz con un buen perfil de seguridad independientemente de la edad de las personas. La epilepsia es un trastorno neurológico que aparece especialmente durante la infancia o en personas mayores de 60 años, colectivos donde los pacientes presentan características especiales.

Entre los grupos de pacientes de distintas edades, se incluyeron a 214 mayores de 65 años. En ellos, acetato de eslicarbazepina resultó eficaz en epilepsias focales, característica importante en este tipo de pacientes, y con una tolerabilidad adecuada, destacando su buena eliminación renal, baja adherencia a proteínas y su leve efecto sobre el hígado.

"Lo que hemos visto es que es un fármaco que tiene una eficacia buena para este tipo de población. Vimos igualmente que el porcentaje de efectos adversos era muy aceptable, pocos de ellos relacionados con el sistema nervioso, como problemas del sueño, fatiga, mareos o alteraciones cognitivas (pérdida de memoria, nerviosismo, confusión)", ha concluido el Dr. Villanueva, quien ha añadido que "además, en base a la experiencia y a otros estudios, tiene pocas interacciones con otros fármacos".

En este sentido, se ha expresado también el Dr. Serratosa. A su juicio, es un fármaco que tiene varias ventajas: "actúa sobre los canales de sodio, por lo que es eficaz en epilepsias parciales; no produce depresión ni cambios en el estado de ánimo; se toma una vez al día y es bien tolerado".

Ponencias

El Simposio, además de las ponencias realizadas por el Dr. Serratosa, "Abordaje terapéutico tras la primera crisis epiléptica" y por el Dr. Villanueva, "Acetato de eslicarbazepina en la práctica clínica. Estudio EURO-ESLI", ha contado con otras dos ponencias con el fin de ofrecer un abordaje de la epilepsia más allá de las crisis.

Estas ponencias han sido impartidas por el Dr. Pedro Serrano, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Regional Universitario de Málaga, recalcando los "Retos del tratamiento de la epilepsia a largo plazo" y por el del Dr. Jaime Parra, del Hospital San Rafael de Madrid, abordando "El concepto olvidado de la terapia racional y la adherencia terapéutica".

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