El verano está siendo pródigo en noticias de reacciones alérgicas severas ante casos de picaduras de avispas, tanto asiáticas como autóctonas.
La Dra. Pilar Cots, especialista en alergología del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo alerta acerca de cómo prevenir las picaduras de avispas y cómo proceder en caso de que se produzcan en personas alérgicas.
En primer lugar, la pregunta más frecuente es ¿se puede curar esta alergia? La respuesta es sí. A diferencia de otras causas de alergia, esta es de las que existe una alta posibilidad de curación gracias a las vacunas con extracto de veneno de estos insectos. Su eficacia está ampliamente demostrada y su administración se realiza mediante inyecciones en el antebrazo una vez al mes durante unos 3 a 5 años. Con estas vacunas se consigue tolerancia frente al veneno del insecto, de manera que la persona con alergia reacciona igual que la persona que nunca ha padecido alergia. Hasta que se consigue este efecto, la persona alérgica debe continuar con las mismas precauciones.
El efecto terapéutico de la vacuna es duradero, de modo que a los 10 años del fin de la inmunoterapia, alrededor del 90% de los pacientes siguen estando protegidos.
Otra pregunta que normalmente nos plantean los pacientes es si ¿se puede hacer algo para prevenir que me piquen?
Tanto las avispas como las abejas pican sólo como defensa, de ellas mismas o de sus nidos. La mayoría de las picaduras tienen lugar entre los meses de mayo y septiembre. Las recomendaciones generales más eficaces para prevenir las picaduras durante estos meses son:
- No acercarse a colmenas, panales de abejas ni a nidos de avispas y si accidentalmente ocurre alejarse con movimientos lentos.
- Si una abeja o avispa se posa sobre alguna parte del cuerpo, no intentar espantarla. En verano, si tiene alergia a estos insectos, es preferible la playa al campo.
- No comer al aire libre en el campo ni acercarse a zonas con restos de comida o basuras.
- No beber de botes ni latas de refrescos o bebidas dulces que hayan quedado abiertos.
- Evitar caminar por el campo en floración, así como podar árboles o cortar el césped.
- No ponerse colonia ni ropa de colores vivos si va a salir a pasear por la naturaleza.
- Tener especial cuidado si se va en bicicleta, moto o en coche descapotable por zonas de abundantes flores.
- Utilizar calzado adecuado en las piscinas para evitar pisar las avispas que se acercan a las duchas a beber agua.
- Aplicarse repelente (DEET) en las zonas descubiertas de la piel si va a salir a pasear por el campo.
- En el coche: viajar con las ventanillas cerradas y llevar un spray insecticida. Si entra uno de estos insectos, detenerse, bajar del coche, pulverizar dentro con el spray insecticida, cerrarlo y asegurarse que el insecto ha muerto o huido, antes de reanudar el viaje.
No obstante, si una persona alérgica sufre una picadura, la Dra. Cots recomienda proceder a la administración de adrenalina, que es el único tratamiento capaz de frenar la evolución de una anafilaxia (reacción severa que puede llegar a producir la muerte), aunque no existe nunca la seguridad al 100% de que lo pueda conseguir.
Influyen otras muchas variables como el lugar de la picadura, número de picaduras, edad del paciente o existencia de otras enfermedades asociadas como pueden ser el asma o las cardiopatías, que pueden agravar la situación. Un consejo: siempre es preferible llevar dos dispositivos de adrenalina precargada autoinyectable, especialmente en personas muy sensibles o que pesen más de 60 kilos y en caso de no responder tras la primera administración de adrenalina a los 5-10 minutos debe administrase la segunda dosis de forma inmediata. Una vez inyectada debe llamar al 112 para que lo trasladen a un centro Hospitalario donde puedan evaluar y controlar la reacción alérgica.