Médicos del Mundo, medicusmundi y Prosalus elaboran el Informe 2015 "La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria"

La ayuda al desarrollo española se sitúa en el 0,14% de la Renta Nacional Bruta, el porcentaje más bajo desde 1989

La ayuda oficial al desarrollo en el sector de la salud se reduce un 20% respecto al año anterior
España ha pasado a ser un donante marginal en la Acción Humanitaria Internacional -la ayuda en emergencias-, justo en los años de la crisis del Mediterráneo y la epidemia de ébola.

El Informe 2015 "La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria", elaborado por las ONGD Médicos del Mundo, medicusmundi y Prosalus, destaca el escuálido estado de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española, que se sitúa en su nivel más bajo desde 1989.

El recorte se intensifica en las cuantías dedicadas a un sector prioritario como la salud, al que se destinaron 65 millones de euros en 2014, un 3,5% menos de lo planificado y casi un 20% menos que el año anterior. La salud ha representado el 4% del total de la AOD bruta en 2014. Esto supone que la AOD española destinada al sector salud se sitúa en el nivel más bajo desde que se comenzó a elaborar esta serie de informes en 2001, lo que consolida una tendencia preocupante de progresiva pérdida de peso de la salud dentro de la cooperación española.

Un dato positivo es que la ayuda en salud hacia África alcanza el porcentaje más alto de los últimos tres años, con casi el 40%. La región subsahariana es la que mayor cantidad de fondos recibe, aspecto que consideramos positivo, ya que es donde mayores problemas de salud existen.

En cuanto a la Ayuda al Desarrollo descentralizada, las comunidades autónomas y ayuntamientos destinaron 22,5 millones de euros al sector salud el año pasado, con una caída del aporte autonómico que confirma su tendencia a la baja en la última década. Algo que contrasta con la duplicación de la aportación por parte de los municipios.

La ayuda humanitaria en emergencias: actuar cuando más se necesita

Como consecuencia del incremento de las crisis humanitarias, en 2014 hemos asistido al éxodo de casi 60 millones de personas, que han dejado atrás sus tierras de origen. Nunca se había registrado un volumen tal de personas desplazadas desde la 2ª Guerra Mundial. La mayor parte debido a conflictos armados y situaciones de violencia, pero también como consecuencia de catástrofes naturales, hambrunas o epidemias.

Desde las ONG solicitamos mayor protección para las poblaciones civiles en zonas en conflicto. Unas medidas que también deben abarcar al personal humanitario, que acumuló 270 víctimas, asesinadas, heridas o secuestradas.

La respuesta internacional llegó hasta los 24.000 millones de dólares en 2014. Se trata de una cifra nunca antes alcanzada y aún así, solo se llegaron a cubrir algo más de la mitad de los llamamientos realizados por Naciones Unidas, que crecieron un 13% respecto al 2013.

Tras tocar fondo el año anterior, la AOD española destinada a la Acción Humanitaria experimentó el año pasado un ligero repunte, que no es suficiente para consolidar un cambio de tendencia, puesto que sigue representando tan solo el 12% de los fondos desembolsados hace apenas 5 años. En un año en el que las necesidades humanitarias han crecido en magnitud como consecuencia del recrudecimiento de los conflictos armados, de la mayor crisis de personas de refugiadas de los últimos 60 años y por una devastadora epidemia de Ebola que ha puesto en jaque a varios países del África Occidental, una vez más la Cooperación Española no ha estado a la altura. España ha pasado a ser un donante marginal en el ámbito de la Acción Humanitaria Internacional.

Los Objetivos del Milenio (ODM) tocan a su fin en este 2015  para dar paso al nuevo reto que suponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El balance demuestra que los compromisos políticos que reflejan los ODM no se han visto respaldados económicamente. En los objetivos de Salud se han conseguido grandes avances, pero estamos lejos de las metas propuestas: la mortalidad en menores de 5 años ha disminuido a más de la mitad desde 1990, pero siguen muriendo 16.000 niños diarios; la tasa de mortalidad materna también ha descendido casi a la mitad, pero siguen perdiendo la vida 800 madres al día; 35 millones de personas vivían con VIH en 2013, y sólo 13,6 millones en 2014 recibían tratamiento antirretroviral (TAR). Aún hay 400 millones de personas que no tienen acceso a los servicios esenciales de salud. Y no se ha logrado el objetivo de acceso a medicamentos esenciales en países en desarrollo, lo que puede llevar a la percepción de que esos medicamentos esenciales son hoy un bien comercial más que un bien público.

Los nuevos ODS aspiran como gran logro a la cobertura sanitaria universal y el acceso a una atención médica de calidad, e incorpora temas antes ignorados como las enfermedades mentales, las crónicas o las olvidadas.

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