En términos generales y como datos más relevantes de la depresión, como una de las enfermedades mentales más prevalentes del siglo XXI, cabe señalar que el primer síntoma depresivo es la tristeza y la causa más común está asociada al estrés. Aplicados ambos parámetros a la realidad de hoy en día, está estimado que existen más de 1.800.000 españoles con síntomas depresivos.
No por nada, según atestiguan los datos recogidos en la ‘Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud', España es el país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos en población de edad avanzada. Grupos de la Red de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (Rediapp,) analizaron a pacientes de toda España durante su paso por la Atención Primaria. Les estudiaron antes de la crisis (2006) y durante la crisis (2011). La conclusión a la que han llegado es que los casos de depresión y ansiedad y consumo de sustancias que acudieron a las consultas de Atención Primaria aumentaron entre un 8 y 10%.
"Este aumento se ha relacionado, sobre todo, con problemas de hipotecas y falta de trabajo", según afirma Miguel Roca, investigador principal del proyecto. Sin embargo, el experto entiende que a la depresión no se le presta la atención que se merece. "Es un gravísimo problema de salud pública en nuestro país y hacen falta políticas activas sanitarias de prevención. No se presta la atención sanitaria necesaria a la depresión", avanza Miguel Roca.
Aunque la prevalencia de la depresión es mayor en edades avanzadas, las primeras señales asoman en la década de la treintena. "La depresión no puede trivializarse, pero es una enfermedad psiquiátrica que tiene repercusiones múltiples y que además producen un sufrimiento muy importantes".
Los psiquiatras reclaman al Gobierno un plan general de prevención del suicidio, porque la depresión y las conductas suidas están muy relacionadas, "cada día se suicidad en España 10 personas", y de esas personas, "la mayoría sufría depresión".
La depresión es un fenómeno epidémico. Los expertos calculan que para 2030 la depresión será la primera causa de discapacidad. "Representa una de las primeras causas de pérdida de productividad, jubilación anticipada y ausencia laboral". Eso supone, dice, efectos adversos a nivel económico, "se calcula que el 1% del PIB europeo se gasta en consecuencias relacionadas con la depresión".