De todos los calificativos que se han utilizado para describir la diabetes, quizá el que más se le ajuste sea el de ‘epidemia del siglo XXI', sobre todo teniendo en cuenta que para 2030 se espera que más de un 9% de los europeos sufra esta enfermedad. Pese a que este padecimiento es común en los países desarrollados, en numerosas ocasiones sus consecuencias derivadas de complicaciones, como es el caso de las amputaciones, son desconocidas para gran parte de la población.
El pie diabético es una de las complicaciones más comunes, y se podría definir como un conjunto de signos y síntomas de alteraciones morfo-funcionales que aumentan el riesgo de padecer úlceras en el pie, algo que requiere un tratamiento de abordaje multidisciplinar que englobe a diversos profesionales. No obstante, "se podrían reducir las complicaciones derivadas de la diabetes adquiriendo una serie de hábitos saludables adecuados a esta enfermedad", sostiene la experta. A fin de minimizar al máximo el riesgo de este tipo de lesiones, el Colegio Oficial de Podólogos del País Vasco recomienda seguir una serie de procedimientos.
El primero de ellos sería el establecimiento de un buen control metabólico, una medida que ayuda a reducir el riesgo de las complicaciones crónicas y de riesgos cardiovasculares. También resulta de vital importancia practicar ejercicio físico de 3 a 5 días por semana, eso sí, después de una valoración previa y de ajustarlo a las características personales de cada individuo. En caso de perder sensibilidad en los pies, es recomendable evitar, en mayor medida, ejercicios que requieran el uso del pie, como las caminatas prolongadas o la cinta rodante, y apostar por otros como la natación, la bicicleta, ejercicios de silla o ejercicios de brazo.
El Colegio Oficial de Podólogos del País Vasco destaca también la importancia de una dieta equilibrada como base de un plan de alimentación como uno de los procedimientos a seguir más recomendables, "una dieta equilibrada personalizada para cada paciente ayuda a controlar determinados factores de riesgo que podrían derivar en complicaciones", subraya Unanue.
Recomendaciones para personas diabéticas
Entre estos procedimientos también se encuentra la introducción de una serie de hábitos saludables en el cuidado de los pies. El Colegio Oficial de Podólogos del País Vasco recomienda los siguientes:
- Revisar los pies a diario, observando con atención la planta y los dedos para detectar posibles lesiones o zonas enrojecidas y tratarlas cuanto antes.
- No utilizar ningún tipo de parche ni callicida para tratar las las durezas y/ callos. Estos elementos pueden quemar el área a tratar y provocar úlceras.
- Lavar cada día los pies con agua tibia y jabones que respeten el manto ácido de la piel.
- Secar el pie después de cada baño, con atención especial en los espacios interdigitales.
- Hidratarlos con una crema adecuada, en la planta y el dorso del pie, pero evitando los espacios entre los dedos, que deben mantenerse secos.
- A la hora de cortar las uñas de los pies, si la persona dispone de algún problema de visión o dificultad, es preferible recurrir a una lima y cortar las uñas de forma cuadrada.
- Evitar caminar descalzo. Es recomendable utilizar siempre zapatillas que cubran el talón, puesto que protegen el pie y estabilizan la marcha.
- Se deben usar siempre calcetines de algodón, que protegen el pie de posibles rozaduras del calzado.
- Utilizar un calzado cómodo, que no oprima el pie y que permita la buena circulación sanguínea.
- Acudir al podólogo siempre que sea necesario, o por lo menos una vez cada seis meses. Este profesional educará al paciente en el cuidado y manejo de sus pies a la vez que tratará las lesiones, deformidades y cualquier alteración que se dé en los mismos.