Los padres que toman una dieta alta en grasas podrían aumentar el riesgo de sus hijos a padecer diabetes tipo 2, según sugiere un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney (Australia) que se publica en la revista Nature. La investigación sostiene, por tanto, que se están heredando factores no genéticos.
Investigaciones previas hallaron que el peso corporal y el estado de salud de una mujer embarazada afectan al feto en gestación, pero este estudio sugiere que la salud y estilo de vida de los padres también sería importante.
En un estudio realizado en roedores, las ratas macho alimentadas con una dieta alta en grasas desarrollan obesidad e intolerancia a la glucosa. Pero cuando se emparejan con hembras normales, los padres dan lugar a una descendencia femenina con defectos en la tolerancia a la glucosa y en la secreción de insulina.
Este es el primer estudio en una especie que muestra que la exposición paterna a una dieta alta en grasas inicia la progresión de la diabetes en la descendencia, aunque si la descendencia masculina se ve igualmente afectada aún no se ha probado.