Según un estudio realizado por la Agencia Sanitaria Costa del Sol, la intervención de la enfermería es clave para una buena adaptación al tratamiento de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) en pacientes con apnea del sueño.
El tratamiento de CPAP consiste en colocar una mascarilla sobre la nariz del paciente mientras duerme para que un ventilador mantenga la vía aérea superior abierta por medio de aire a presión. Esta presión de aire se ajusta lo suficiente como para evitar el cierre de la vía aérea superior durante el sueño más profundo, especialmente cuando se duerme boca arriba.
Para que el tratamiento sea efectivo, debe aplicarse todas las noches al menos durante tres o cuatro horas. Los profesionales de enfermería de las unidades del sueño son los que se encargan de educar al paciente en el manejo de este equipo terapéutico. EL CPAC es un tratamiento que requiere, por un lado, la aceptación del paciente con apnea del sueño y, por otro lado, una estrecha supervisión por parte de la enfermería.