Rosario Valcárcel culmina con "Sexo, corazón y vida" una trilogía de relatos eróticos en los que, frente "al sexo gimnástico", reivindica "un destape amoroso, íntimo, emocional" y defiende que el sexo es lo único que nos puede salvar de la angustia, de la agonía y de la muerte.
Su primer libro erótico fue "Del amor y las pasiones", en el que trataba una erótica de los sentimientos, de las emociones más que de la carnalidad. Con el segundo, "El séptimo cielo", entró más en el terreno sexual.
Según ha dicho, "Sexo, corazón y vida", el tercero, es bastante más activo en el terreno sexual y mucho más atrevido, hasta tal punto que un profesor universitario que lo iba a presentar le confesó que no lo podía seguir leyendo porque le parecía en la línea de "La sonrisa vertical".
Sin embargo, la escritora canaria ha defendido que su erotismo es bastante poético y tiene una gran influencia del cine clásico. "Ahora se ha perdido el misterio, no hay dulzura, no hay acercamiento. Nos han quitado el goce de los sentidos", se lamentó.
Asegura que en sus narraciones domina "la liturgia del sexo" en nueve relatos largos que comienzan con "La noche swinger", que es cuando alguien pasa una velada en un club de intercambio de parejas y vive toda clase de intensidades y de calores.
Otro relato está basado en una historia real, la clásica de la infidelidad de un hombre casado que se enamora de una inmigrante y la desesperación que le surge por abandonar su casa y a su Salud de la mujer, algo que aborda de forma irónica, según señaló la escritora sin desvelar el final.
Valcárcel ha subrayado que no le interesa "el sexo por el sexo, sino el enriquecimiento del erotismo que nos salva de la muerte" y apuntó que el erotismo del siglo XIX es totalmente distinto al de hoy pero al final, el ser humano vuelve a enriquecerse del clásico.