La Escuela de Padres, que se celebra en HM Universitario Torrelodones, persigue enseñar a la población a cuidar de su salud y la de sus hijos, evitar posibles situaciones peligrosas y saber cómo reaccionar ante ellas

Una formación básica que permita actuar en situaciones de urgencia en niños puede marcar la diferencia entre un susto y un desenlace fatal

Entre las situaciones que más preocupación y ansiedad pueden generar en los padres destacan la parada cardiorrespiratoria, las obstrucciones de la vía aérea por cuerpo extraño, el síndrome de casi ahogamiento, el traumatismo craneoencefálico o las convulsiones febriles.
Ante una situación de urgencia la secuencia de actuación es proteger, avisar y, después, socorrer; para lo cual, mientras llega la atención especializada hay que hacerse tres preguntas: ¿está consciente?, ¿respira? y ¿tiene pulso? La respuesta a éstas determinará la actuación a seguir para hacer al niño sólo lo que él no pueda hacer por sí solo.
Ante una parada cardiorrespiratoria, es fundamental iniciar la reanimación cardiopulmonar en los primeros cuatro minutos para mantener las posibilidades de recuperación del afectado lo más elevadas posible y evitar lesiones cerebrales permanentes, aunque no se esté formado específicamente en estas maniobras.

Parada cardiorrespiratoria, obstrucciones de la vía aérea por cuerpo extraño, síndrome de casi ahogamiento, traumatismo craneoencefálico… son situaciones de urgencia en niños potencialmente peligrosas que generan gran preocupación y ansiedad en los padres, y ante las que resulta muy útil tener una formación básica que permita actuar de forma eficaz.

Contar con unas nociones básicas en primeros auxilios, entendiendo estos como los primeros cuidados que prestamos a un accidentado o enfermo repentino en el lugar de los hechos hasta que pueda ser atendido por el personal sanitario especializado, pueden marcar la diferencia entre un susto y un desenlace fatal.

Por eso, la actuación ante este tipo de situaciones de urgencia fue el tema elegido para la segunda sesión de la Escuela de Padres, una iniciativa en materia de educación sanitaria puesta en marcha por HM Universitario Torrelodones en el marco de su décimo aniversario, que persigue contribuir al fomento de hábitos de vida saludables y promover la educación sanitaria, ayudando a los padres en el cuidado de la salud de sus hijos y solventando las dudas y problemas que puedan tener en este sentido.

El año pasado HM Universitario Torrelodones organizó una serie de jornadas divulgativas en los colegios de la zona para promocionar la práctica del deporte y la importancia de seguir hábitos saludables en materia de descanso, higiene y nutrición. La celebración de esta Escuela de Salud, constituida por tres encuentros dirigidos a los padres de niños de primaria escolarizados en estos mismos colegios de Torrelodones y los municipios aledaños, es consecuencia de este ciclo.

"En el hospital no sólo pretendemos asistir al paciente -afirmó la Dra. Pilar Múgica, directora de HM Universitario Torrelodones, al dar la bienvenida a los asistentes a la sesión-, sino celebrar iniciativas como ésta que nos ayuden a enseñar a la población a cuidar de su salud y la de sus hijos, prevenir o evitar posibles situaciones peligrosas y saber cómo reaccionar ante ellas".

Proteger, avisar y socorrer

En este sentido, la secuencia de actuación es clara y consensuada a nivel internacional, indicó por su parte la Dra. Isabel Llana, neonatóloga de HM Universitario Torrelodones: "Proteger, avisar y, después, socorrer; para lo cual, mientras llega la atención especializada hay que hacerse tres preguntas: ¿está consciente?, ¿respira? y ¿tiene pulso?". La respuesta a éstas determinará la actuación a seguir para "sustituir aquella función que el niño no puede realizar por sí mismo", dijo.

Así, ante una parada cardiorrespiratoria, situación de urgencia más importante a la que unos padres se pueden enfrentar y que en el 14 por ciento de los casos tienen causa de origen respiratorio, es fundamental iniciar la resucitación cardiopulmonar (RCP) en los primeros cuatro minutos para mantener las posibilidades de recuperación del afectado lo más elevadas posible y evitar lesiones cerebrales permanentes.

"Estas maniobras son aplicables por cualquier persona y en cualquier lugar, y deben iniciarse lo más precozmente posible -continuó la pediatra-; lo ideal sería que la población estuviera formada en ellas de manera generalizada, ya que es uno de los métodos más importantes para mejorar el pronóstico de la parada cardiorrespiratoria". Por ello la Dra. Llana dio unas pautas generales a los asistentes a la sesión para mostrar los pasos básicos para aplicar estas maniobras.

La Dra. Llana puso como ejemplo de este tipo de situaciones el síndrome de muerte súbita del lactante, que sigue siendo la primera causa de mortalidad en los lactantes en muchos países a pesar de la implantación de medidas preventivas tales como colocar al niño boca arriba mientras duerme, no utilizar almohadas, no fumar durante el embarazo ni permitir que lo hagan cerca del bebé.

Pasada esta etapa, la principal causa de mortalidad en niños mayores de un año son los accidentes, y los lugares en los que se producen con mayor frecuencia son el domicilio, sus alrededores y las vías y lugares públicos, por lo que "hay que extremar la precaución en estos sitios", insistió la experta.

Obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño y otras emergencias

Otra de las circunstancias que pueden convertirse en fatales es la obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño, en la que el tipo de tos que tenga el niño, efectiva o inefectiva, es el síntoma que marca la diferencia. Sólo si la tos se hace inefectiva hay que actuar, y en caso de pérdida de conocimiento se deben iniciar maniobras de RCP.

El síndrome del casi ahogamiento, "cinco veces más frecuente en varones que en mujeres, ocurre en el 40 por ciento de los casos en menores de 5 años en piscinas sin supervisión", continuó la Dra. Llana, y es otro de los casos que pueden requerir una RCP básica.

Asimismo, en palabras de la experta, el traumatismo craneoencefálico es otra de estas situaciones de urgencia para los padres, "pueden suponer más riesgo de lesiones cerebrales en menores de un año y su gravedad vendrá determinada por el mecanismo del impacto y por la edad del niño". La mejor recomendación en estos casos es acudir al hospital, procurar mover al menor lo mínimo si hay sospecha de lesiones, estar alerta ante síntomas anormales y comprobar que el niño se despierta con facilidad. "No es necesario mantenerlo despierto si es hora de dormir", contestó la pediatra a uno de los asistentes que preguntó por esta famosa "leyenda urbana".

Finalmente, la convulsión febril, si bien genera ansiedad y alarma por lo llamativo de la situación, implica un tratamiento igual al de los niños con fiebre que no han sufrido convulsiones, y en la mayoría de las ocasiones no precisan de ningún estudio ni abordaje especial. "La peor consecuencia de las convulsiones febriles son los accidentes que se producen camino del hospital", concluyó la experta.

Tras la primera charla de la Escuela de Padres, celebrada en febrero y centrada en la "Alimentación saludable infantil y en los signos incipientes de trastornos de la conducta alimentaria en la infancia", la próxima sesión tendrá lugar el 24 de abril y abordará el "Síndrome de Déficit de Atención e Hiperactividad infantil".

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