La hemodiálisis extendida puede reducir hasta en un 45% la tasa de hospitalización del paciente renal crónico

La hemodiálisis (HD) es un tratamiento que se utiliza para eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo de las personas con insuficiencia renal crónica. Con el paso del tiempo, esta terapia ha ido evolucionando, dando lugar a la hemodiálisis extendida (HDx), un tratamiento que utiliza una membrana única con un perfil de filtración similar al de un riñón natural, ayudando en la eliminación de las moléculas medianas-grandes que pueden dar lugar a inflamación, episodios cardiovasculares y otras enfermedades relacionadas con la diálisis.

La terapia HDx combina el transporte difusivo y convectivo utilizando un dializador de fibra hueca, que al eliminar las moléculas medianas-grandes da como resultado una curva de cribado similar a la de un riñón natural. Hasta ahora, la capacidad de los tratamientos de diálisis para eliminar las toxinas urémicas de tamaño mediano y grande ha sido limitada, por lo que la hemodiálisis extendida juega un papel fundamental al poder eliminar estas moléculas de forma eficaz.

La HDx responde a las necesidades críticas de los pacientes

En España, 64.600 personas reciben tratamiento renal sustitutivo (TRS) y de ellas el 40,4% es tratado mediante hemodiálisis convencional. En la actualidad, los pacientes con insuficiencia renal crónica ya puedan optar a recibir tratamiento mediante hemodiálisis extendida, pues han sido demostrados importantes beneficios que responden a sus necesidades críticas.

La HDx mejoraría la calidad de sueño ya que puede reducir considerablemente el prurito urémico, una sensación diaria de picor que tiende a empeorar por la noche y que padece de manera moderada o grave más del 42% de los pacientes. Además, esta terapia puede reducir la incidencia del síndrome de las piernas inquietas, un trastorno neurológico que afecta al 20% de los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada y que se caracteriza por un impulso incontrolable de mover las extremidades, acompañado de una sensación de incomodidad.

Por otro lado, este tratamiento puede reducir considerablemente el tiempo que tarda un paciente en recuperarse después de una sesión de hemodiálisis y mejorar la sensación de fatiga. En el 68% de los casos, este tiempo supera las 2 horas de recuperación, una situación que afecta su calidad de vida, el desarrollo de las actividades en su vida cotidiana, genera estrés relacionado con la diálisis, se asocia a la hospitalización y aumenta el riesgo de mortalidad.

Beneficios para el sistema sanitario

Los beneficios de la HDx también son visibles en el sistema sanitario, ya que puede reducir hasta en un 45% las tasas de hospitalización al ayudar a los pacientes a pasar menos tiempo en el hospital. Quienes reciben HDx pueden necesitar menos medicamentos de apoyo como hierro, insulina y antihipertensivos en comparación con los pacientes tratados con hemodiálisis convencional de alto flujo, pues esta terapia puede llegar a disminuir la necesidad de medicación para las afecciones relacionadas con las toxinas urémicas, como la anemia y la inflamación.

Estudios publicados recientemente han mostrado indicios prometedores de que la HDx puede tener además un efecto positivo en la carga de los sistemas sanitarios, concluyendo que esta terapia, puede reducir en un 35% los episodios cardiovasculares no mortales, las infecciones, la hospitalización por cualquier causa y la duración de la estancia hospitalaria.

Un valor añadido adicional de este tratamiento es que permite reducir costes y liberar recursos en los sistemas sanitarios al evitar la necesidad de un monitor específico, de preparar soluciones de reemplazo o de disponer de conocimientos de enfermería específicos para su uso en comparación con la hemodiálisis convencional.

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