6 de abril Día Internacional de la Actividad Física

La inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial

Casi el 40% de los jóvenes de 18 a 24 años -una etapa evolutiva de plena capacidad- son inactivos.
"Hay que convencer a la gente de que haga deporte pero no de cualquier manera. Se debe concienciar de la importancia de las valoraciones médicas, de las pruebas de esfuerzo, de la prescripción de ejercicio adecuada e individualizada a cada deportista para no tener sustos después", según Pablo Aranda médico especialista en medicina deportiva de IMQ.

El Día de la Actividad Física se celebra cada 6 de abril desde 2002, fecha institucionalizada por la Organización Mundial de la Salud, planteándose como objetivo la necesidad de difundir los beneficios de la práctica de la actividad física por lo menos 30 minutos diarios. En el Día Mundial de la Actividad Física las ciudades se llenan de eventos deportivos para animar a los ciudadanos a la realización de alguno de ellos.

Pablo Aranda médico especialista en medicina deportiva de IMQ matiza que "lo ideal es hacer ejercicio o actividad física al menos 3 días por semana y al menos de 1 hora de duración". En cuanto al tipo de ejercicio habrá que buscar el que más nos guste, el que resulte más fácil o el que más apetezca, "no hay deportes mejores o peores, todos practicados con sentido común y a intensidades moderadas ayudan a mantenernos con buena salud". También apunta la importancia de "evitar el alcohol y el tabaco y comer equilibrado -con frutas y verduras y evitando las grasas saturadas-", indica Aranda.

La realización de 30 minutos de actividad física aporta numerosos beneficios para nuestra salud física y mental y evita enfermedades como diabetes, obesidad, sobrepeso, osteoporosis, cáncer de colon y cardiovasculares.

Beneficios

Los beneficios de la actividad física en la infancia son innumerables: Fortalece su aparato locomotor, desarrolla sus habilidades motrices, les hace más responsables, autónomos y creativos, enseña valores cooperativos y solidarios, adquieren hábitos higiénicos y posturales que trasladan a su vida diaria…

En los adultos, sin embargo, disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, previene y retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos, mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de padecer diabetes, mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal, disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer -como el de colon-, incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso, ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones, ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño, ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés, ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión… Lamentablemente, casi el 40% de los jóvenes de 18 a 24 años -una etapa evolutiva de plena capacidad- son inactivos.

En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento, ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas enfermedades crónicas, disminuye la mortalidad. Y es que, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo).

Recomendaciones

La duración e intensidad de la actividad física diaria depende en gran medida de la edad, siendo lo recomendado para cada una de ellas:

  • Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deben de realizar 60 minutos de actividad física diaria.
  • Las personas de 18 años a 64 años 150 minutos semanales o bien 75 minutos de actividad física vigorosa.
  • Las personas mayores de 65 años deben de realizar alguna actividad física al menos tres días a la semana.

Aunque es muy difícil establecer el deporte más adecuado a cada edad, Pablo Aranda médico especialista en medicina deportiva de IMQ, considera que "lo ideal es que hagamos algo que nos guste y que adecuemos su intensidad a la edad y estado de forma de cada momento. El ciclismo, por ejemplo, es muy buen deporte para cualquier edad, solo que la intensidad a la que se ha de practicar hay que adecuarla a cada momento".

Según datos aportados por Pablo Aranda, "en los últimos años la práctica deportiva ha aumentado significativamente. Además ha aumentado el número de personas que participan en carreras y en todo tipo de pruebas deportivas que así mismo han ido en aumento, organizándose cada vez más, de todo tipo y modalidad y gozando la mayoría de ellas de una gran aceptación". "Este es el momentos de concienciar a la gente de que haga deporte pero no de cualquier manera. Hay que tratar de concienciar de la importancia de las valoraciones médicas, de las pruebas de esfuerzo, de la prescripción de ejercicio adecuada e individualizada a cada deportista para no tener sustos después". "La muerte de alguien en una carrera ha hecho que en ocasiones se demonice la práctica deportiva, cuando la realidad es que en la mayoría de los casos se podrían evitar con unas sencillas pruebas".

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