La inteligencia artificial logra reducir la presión de los profesionales sanitarios y mejorar la calidad asistencial

Si la Organización Mundial de la Salud declaraba 2020 como el Año de la Enfermería, 2021 ha sido designado por la institución como el Año de los Trabajadores de la Salud y la Atención Sanitaria, que han tenido que lidiar con un crecimiento exponencial de la demanda de asistencia debido a la combinación de la crisis de salud y los cambios demográficos. Todo ello ha evidenciado una falta de tiempo efectivo que ha socavado la capacidad resiliente de los sistemas de salud, obstaculizando la calidad asistencial y llevando a los profesionales en muchas ocasiones al límite.

"Con el fin de aliviar la presión, la innovación tecnológica apoyada en inteligencia artificial se alza como un instrumento clave para racionalizar la administración; mitigar los requerimientos en torno a la entrada de datos; automatizar tareas y ciertos procesos mientras se conserva el control; y permitir consultas más eficaces", apunta Natalia Escobedo, directora de Sector Público de Microsoft en España. En última instancia, esto logra que los trabajadores de primera línea se centren en lo que mejor saben hacer: cuidar a los pacientes. También ayuda a garantizar que tengan el tiempo que necesitan para desconectarse y proteger su propio bienestar.

Después de trabajar extensamente con herramientas impulsadas por inteligencia artificial, el Dr. Eric Topol, cardiólogo y autor del libro ‘Deep Medicine: How Artificial Intelligence Can Make Healthcare Human Again', señalaba: "Me di cuenta de que, a medida que se puede aumentar el rendimiento humano tanto a nivel clínico como de paciente a una escala sin precedentes, es posible hacer que crezca el tiempo disponible".

Tres factores que pesan sobre los servicios sanitarios

Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad correspondientes al año 2019, en España hay un promedio de 3,4 profesionales de la medicina por cada 1.000 habitantes, lo que en un escenario pandémico resulta insuficiente. Los servicios de salud continuarán bajo una carga significativa para seguir enfrentándose al coronavirus y su coexistencia con otras enfermedades y listas de espera extendidas tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. Esto incluye un flujo de pacientes con afecciones preexistentes que pueden no haber sido diagnosticadas ni tratadas.

A ello se suma el creciente reto del envejecimiento de la población. Según la Comisión Europea, uno de cada cuatro europeos tendrá 65 años o más en 2030. En España, actualmente esa franja de edad representa casi el 20% de la población y, en nueve años, se podrían incorporar a este grupo más de cuatro millones de personas. El 40% de este colectivo suele vivir con al menos dos enfermedades crónicas, como las dolencias cardíacas o respiratorias. De hecho, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) –que ya afecta a más de 300 millones de individuos en todo el mundo– se convertirá en la principal causa de muerte en los próximos 12 años.

La tecnología ha de contribuir a responder eficazmente a este panorama. En este aspecto, ya tenemos ejemplos en toda Europa, que se intensifican según se acelera el viaje digital de los sistemas de atención médica.

Prevención y monitorización remota en tiempo real

Los sistemas sanitarios de todo el mundo tienen la oportunidad de adoptar estrategias basadas en datos que hagan hincapié en la prevención. Esto es fundamental para proteger al personal, reforzar la eficiencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Como señala McKinsey en su informe ‘Priorizar la salud: Una receta para la prosperidad', "nuestra investigación sugiere que dos tercios de las oportunidades de mejora [en los sistemas sanitarios europeos] se encuentran en las áreas de promoción de la salud, prevención, alfabetización sanitaria y entornos más saludables".

Enfoque híbrido: telemedicina y presencialidad

La telemedicina ha sido una idea que se ha barajado durante años. Pero desde el inicio de la pandemia ha ido alcanzando la mayoría de edad para preservar la seguridad tanto de los enfermos como del personal.

El enfoque híbrido es ideal para los pacientes y facilita atender a más personas sin aumentar la duración de la jornada laboral de los facultativos. De esta manera, el número de pacientes que pueden tratar los psicoterapeutas se multiplica por tres y hasta por cinco los que asisten al programa de control de peso.

Inteligencia artificial conversacional para la captura de datos

Otra forma de aligerar la carga de los trabajadores de primera línea es utilizando la innovación en tareas administrativas. Capturar los datos de los pacientes (constantes vitales, medicamentos, características de estilo de vida) es primordial para garantizar la mejor asistencia, pero la necesidad de precisión y la complejidad de la terminología exigen dedicación y un tiempo que resulta difícil encajar dentro de la jornada laboral. Las innovaciones de inteligencia artificial ayudan a realizar esta labor, actuando como una secretaria digital invisible que registra de forma segura toda la información importante revisada durante las visitas.

La automatización en los tratamientos

Dado que se prevé que la EPOC se convierta en la principal causa de muerte en los próximos años, el sector sanitario está especialmente centrado en planteamientos basadas en el análisis y gestión de datos para tratar a la población que padece esta enfermedad. La oxigenoterapia es parte fundamental de su atención, sin embargo, las prácticas estándar precisan de 20 a 30 ajustes manuales al día a cargo del personal de primera línea, condicionando el tiempo dedicado a los cuidados.

Una mirada al futuro

No existe la panacea para hacer frente a la presión que sufren los sistemas sanitarios de Europa y del mundo. Como señala la Organización Mundial de la Salud, aunque el número de personal médico y de enfermería está creciendo en Europa, no es suficiente para seguir el ritmo de la demanda. El sector público tiene un importante papel que desempeñar en este sentido, ayudando a formar, atraer y retener el talento de primera línea.

Pero si reflexionamos sobre el año pasado, es evidente que el sector sanitario ha demostrado que tiene la capacidad de innovar, y de hacerlo a buen ritmo. "Hoy existe la oportunidad, y el imperativo, de continuar por el camino de transformación tecnológica iniciado para que los profesionales de la salud puedan centrarse en mantener a los pacientes sanos de forma proactiva y no solo en ayudarles cuando están gravemente enfermos", concluye Natalia Escobedo.

 

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