Según afirman los expertos, la lana natural obtenida del pelo de algunos animales, como la oveja o la cabra cachemir, muy apreciada en la industria textil, puede actuar como un irritante de contacto en las personas con dermatitis atópica y desencadenar un brote de eccema. De la lana también se obtienen otros productos industriales que pueden complicar la vida de los enfermos atópicos, las lanolinas.
La lanolina es un producto químico en forma de alcohol que se obtiene de lana de algunos animales, en especial de la de oveja. Estos animales la producen naturalmente en las glándulas sebáceas de su piel en forma de cera y la industria obtiene estas lanolinas mediante un proceso químico de la parte grasa de esta cera.
La lanolina se emplea habitualmente en cremas y lociones, y pueden causar reacciones alérgicas, en personas sensibles a estos productos, por su contenido en proteínas de origen animal potencialmente alergénicas.
Además, la lanolina puede actuar como un irritante en las personas que tienen una barrera cutánea alterada, como ocurre en la dermatitis atópica, y causar un brote agudo propio de esta enfermedad o empeorar el brote ya existente.
Por ello, los expertos aconsejan que la ropa de estos pacientes sea de algodón o de lino. También recomiendan comprobar la composición de las cremas y de lociones para la piel, para evitar usar las que contengan lanolina.