Los nódulos tiroideos afectan aproximadamente al 5% de las mujeres y al 1% de los hombres. Estos nódulos están compuestos por células que crecen de manera localizada en la glándula tiroides formando uno o varios bultos en la parte anterior del cuello que pueden ser procesos benignos o malignos.
Los nódulos tiroideos pueden ser quísticos, cuando presentan un contenido líquido; sólidos, si están formados por tejido mayoritariamente celular, o mostrar una estructura mixta de los dos anteriores. Con independencia de su estructura, estos nódulos pueden clasificarse en benignos y malignos. Según la Asociación Americana de Tiroides, suelen ser benignos (no cancerosos) en nueve de cada 10 casos.
Generalmente, los nódulos se pueden detectar a simple vista o por palpación. El diagnóstico precoz de si el bulto que ha aparecido en el cuello del paciente es benigno o no, evita la angustia y la incertidumbre.
En este sentido, la Dra. Pilar López Ferrer, anatomopatóloga del centro médico d-médical, resalta que "ante la aparición de cualquier anomalía a la vista o al tacto en la región cervical, es recomendable visitar al endocrinólogo, quien le indicará si es necesario realizar una ecografía tiroidea para estudiar el o los nódulos y si hay que hacer una punción para el estudio de los mismos y así conocer su naturaleza e indicar el tratamiento más apropiado".