XXIV Curso de Actualización en Psiquiatría, Vitoria-Gasteiz. 2-5 de marzo de 2016, Palacio de Congresos y Exposiciones Europa

La microbiota intestinal puede afectar a la salud mental

Determinadas situaciones de estrés provocan que componentes bacterianos de la microbiota intestinal pasen al torrente sanguíneo y den lugar a una reacción inflamatoria generalizada.
Esta inflamación puede llegar a afectar al cerebro, dando lugar a ciertos comportamientos de tipo depresivo.
Algunas bacterias pueden modificar el metabolismo de neurotransmisores, como la serotonina.
Un estudio con pacientes con depresión mayor ha encontrado en la sangre niveles elevados de moléculas provenientes de bacterias de la microbiota intestinal.
Las investigaciones apuntan a que algunas enfermedades mentales tienen un componente no sólo cerebral, sino sistémico, relacionado con la inflamación.

El XXIV Curso de Actualización en Psiquiatría, que se celebra del 2 al 5 de marzo de 2016 en el Palacio de Congresos y Exposiciones Europa de Vitoria-Gasteiz, ha acogido la celebración de una mesa redonda sobre uno de los aspectos menos conocidos sobre el origen de determinadas patologías de la salud mental: la relación entre la microbiota intestinal y la psiquiatría.

Bajo este tema, el investigador Juan Carlos Leza, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, ha presidido una mesa en la que también han intervenido Natalia Borruel, adjunta del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, Javier Caso, de la Universidad Complutense de Madrid, y Mónica Martínez Cengotitabengoa, del Hospital Santiago de Vitoria, ambos investigadores postdoctorales del Centro de Investigación Médica en Red de Salud Mental (CIBERSAM).

Tal y como ha explicado el doctor Leza, "gracias a las últimas investigaciones podemos afirmar que determinadas patologías de salud mental tienen una base no sólo cerebral, sino sistémica, en base a una respuesta inflamatoria del organismo en la que pueden participar componentes bacterianos provenientes de la microbiota intestinal".

Recientes estudios han demostrado en modelos animales que ante la exposición del organismo a determinadas situaciones de estrés, "se produce una traslocación bacteriana por la que determinados componentes de estas bacterias que componen la microbiota intestinal, pasan al torrente sanguíneo. Una vez allí, estos componentes bacterianos provocan una reacción inflamatoria que, en ocasiones, afecta al cerebro. Esta situación se vio que daba lugar a ciertos comportamientos coincidentes con algunos cuadros depresivos".

Investigación multicéntrica de pacientes con patología mental

El doctor Leza, que actualmente lidera un proyecto de investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) con recursos del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) y que se desarrolla conjuntamente en nueve hospitales españoles, ha indicado que "se ha ido un paso más allá y se ha comprobado, realizando ya estudios con pacientes reales, que los individuos con depresión mayor presentan más componentes bacterianos en la sangre que la población sin esta patología".

La investigación multicéntrica que dirige el doctor Leza analiza, entre otros aspectos, los niveles de los componentes bacterianos y de sus sitios receptores en las células de la sangre y del cerebro de un grupo de setenta pacientes con patología mental.

Gracias a las nuevas investigaciones, "hoy conocemos que hay determinadas bacterias que modifican el funcionamiento de algunos neurotransmisores tan importantes como la serotonina. Es ampliamente conocido que la deficiencia de este neurotransmisor da lugar a cuadros depresivos, ansiedad, irritabilidad, etcétera".

Ante esta situación surge la pregunta sobre si es posible bloquear los componentes de las bacterias de la microbiota intestinal que dan lugar a esta inflamación generalizada y que en ocasiones afecta al cerebro. Tal y como ha aseverado, "la relación entre la microbiota intestinal y la psiquiatría se hace más estrecha en trastornos psicóticos y depresivos. Las investigaciones apuntan a que un control de estos mecanismos inflamatorios en el organismo puede repercutir de manera positiva en la salud mental de algunos pacientes con estos trastornos, pero aún estamos lejos de comprender cómo se produce esto en su totalidad y qué efecto podría tener en los pacientes".

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