El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico (encargado de llevar la información que recoge el ojo hasta el cerebro y por tanto esencial para gozar de una buena visión). En la mayoría de los casos, el glaucoma no genera síntomas hasta las fases avanzadas de la enfermedad y por eso se la conoce como la ceguera silenciosa. Esta patología provoca una pérdida de visión de forma lenta y habitualmente afecta primero a la visión periférica (lateral), llegando en casos avanzados a lo que se conoce como visión en túnel.
Esta pérdida visual suele ser constante e irrecuperable, por lo que es fundamental realizar revisiones oftalmológicas que permitan su detección a tiempo para recibir el tratamiento adecuado y evitar esta progresiva pérdida visual.
En este sentido y con motivo del Día Mundial del Glaucoma, Clínica Baviera va a llevar a cabo una "Campaña gratuita de detección precoz del glaucoma" el viernes 10 de marzo en su clínica de Paseo de la Castellana 20, Madrid. Así, cualquier persona mayor de 40 años sin diagnóstico previo de glaucoma podrá pedir cita para realizarse estas tres pruebas que son claves para detectar el glaucoma y que están valoradas en 160€:
- OCT (Tomografía de Coherencia Óptica) del nervio óptico
- Neumotonometría para medir la tensión intraocular
- Paquimetría para medir el grosor de la córnea
La petición de cita debe hacerse a través de teléfono gratuito 900 20 60 20 y las plazas son limitadas.
Factores de riesgo del glaucoma
Habitualmente, los glaucomas se dividen en dos grandes grupos, de ángulo abierto o de ángulo cerrado. El de ángulo abierto es el glaucoma más frecuente, ya que afecta aproximadamente a un 3% de la población. El glaucoma de ángulo cerrado es menos habitual, pero puede ser más peligroso porque puede producir un daño agudo y severo en algunos casos.
Hay que tener en cuenta que cualquier persona a cualquier edad tiene riesgo de padecer una de las formas de glaucoma, pero existen algunos grupos con una mayor predisposición:
- Personas con miopía alta o hipertensión ocular. En algunas ocasiones las propias características del ojo pueden elevar el factor de riesgo de glaucoma. Por ello, deben tener especial precaución aquellos con miopía alta (más de 6 dioptrías), un espesor corneal inferior a 500 micras o que tengan la tensión intraocular elevada (más de 20 mmHg).
- Mayores de 40 años. La incidencia de la enfermedad aumenta con los años, especialmente a partir de los 40 años. Como es habitual que la enfermedad no dé síntomas en las primeras fases, muchas personas de estas edades todavía no son conscientes de padecerla. - Herencia familiar. En aquellas personas en las que alguno de sus familiares haya tenido glaucoma se incrementa la posibilidad de padecer esta enfermedad.
- Pacientes diabéticos o hipertensos. La diabetes y la hipertensión son otras enfermedades que pueden elevar el riesgo de padecer glaucoma, por lo que estos grupos deben incrementar la frecuencia de sus revisiones oftalmológicas con el fin de detectar cualquier síntoma y/o anomalía.
- Traumatismos oculares. Las lesiones oculares tras algunos deportes de contacto pueden desembocar en el llamado glaucoma traumático, que puede surgir justo después de la lesión o, incluso, años después.
- Otras causas. El uso de fármacos como los corticoides o determinadas enfermedades oculares como la dispersión pigmentaria o la pseudoexfoliación del cristalino también pueden ser causantes de glaucoma. Además, las personas de ascendencia asiática tienen más riesgo de padecer glaucoma de ángulo cerrado y glaucoma de tensión normal, mientras que los de ascendencia afroamericana tienen un riesgo mayor de sufrir glaucoma que aquellos de origen caucásico.